La carrera

José Picado ESCRIBANÍA DE MAR

FERROL

CESAR TOIMIL

18 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Están muy altos los precios, como en una carrera alocada que nos empobrece a velocidad de vértigo. Están altos los contagios por el virus de la covid, ahora en su variante ómicron en una de sus mutaciones traicioneras, en una carrera que nos lleva hacia más hospitalizaciones y cifras escandalosamente tenaces de muertos. Están altas las temperaturas, inusualmente altas dicen los meteorólogos, en una carrera por confirmar el cambio climático, el calentamiento global y el destrozo del único planeta disponible. Está alta la crispación entre políticos, en su particular carrera por escribir en las actas del Congreso las palabras Franco, ETA, independencia, democracia imperfecta, y otras así, cuando se suponía que iban a debatir sobre el estado de la nación y los problemas que sí importan: viviendas asequibles, centros de salud cercanos, colegios públicos de calidad, precios contenidos, solidaridad con los desfavorecidos, ayuda a los invadidos y defensa de los derechos humanos y sociales que nos lleven a una sociedad mejor.

Dicen algunos politólogos que el ciclo político estatal dura una semana. Los partidos actuales son inmediatos más que cortoplacistas. El presidente Sánchez señaló el comienzo de la carrera del último año de gobierno antes de revalidar, o no, su plaza en La Moncloa. El que fuera presidente popular permanente plenipotenciario de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, comenzó su carrera para apuntalar su imagen de moderado y realista, aunque sus primeros pasos le caracterizan como un presidente popular perplejo y parado, atenazado por el miedo a los suyos (léase Ayuso y la escuadra aznarista), que son los que dan mucho miedo a los gallegos que quieren aterrizar en Génova y La Moncloa. Yolanda Díaz, esta vecina de Fene que hizo pinitos en el municipio, el parlamento gallego y ahora el Congreso, comenzó su carrera para sumar, escuchar y conocer lo que piensa la sociedad civil. Se ve que sus años anteriores dedicados al arte político los hizo sin saber muy bien qué pensaban los administrados, sus votantes y el resto de la sociedad. No pasa nada. La señora Díaz lo va a compensar con creces después de su periplo de oyente y le va a plantear a los españoles un nuevo contrato social al estilo del de Rousseau, nada menos.

Los políticos locales, por su parte, comenzaron la carrera a la alcaldía simbolizada en sus posiciones antagónicas e irreconciliables hacia lo más sagrado del devenir ferrolano: el aparcamiento de los coches, gratuito y en la puerta. Mato y Rey, Rey y Mato, comenzaron su carrera por el bastón de mando sin propuestas de modelo de ciudad, sin proyectos ilusionantes, con escasa vocación municipalista. ¿Quién ganará la carrera y conseguirá aparcamiento en Armas?