Manuel Arroyo
El buque Cantabria (A-15) zarpará en los próximos días hacia el Mediterráneo para integrarse en la flota de la OTAN que opera en esas aguas. La dotación de la unidad logística de la Armada, con base en Ferrol, ultima los preparativos para su inminente despliegue con la agrupación naval aliada a la que actualmente aporta sus capacidades la fragata Blas de Lezo (F-103), también basada en el Arsenal Militar ferrolano, y que, a finales de enero, adelantó su salida debido a la escalada de tensión de aquellos días en Ucrania y que dio lugar a la invasión rusa. Desde entonces, la F-103 opera en la citada flota permanente, denominada Standing Nato Maritime Group 2 (SNMG-2, por sus siglas en inglés). Supera, por tanto, la estimación inicial de dos meses de despliegue, aunque ya en el momento de su salida, el comandante de la 31 ª. Escuadrilla, Gonzalo Leira, apuntó que la duración de la misión «podría verse alargada en función de las circunstancias».