Comparto el hartazgo de muchos de mis lectores ante informaciones y promesas del Gobierno, sus canales informativos o sus aliados que parecen un libreto de campaña electoral cronificada. Agravado por las contradicciones y la falta de coordinación entre instituciones. A esto es a lo que llamo política en estado impuro. La Política, con mayúscula, es otra cosa. Existe una crisis, sanitaria y económica, que va minando la salud mental, especialmente en colectivos vulnerables. Sé que sin libertad de información y de expresión la democracia es un simulacro. Pero en estos momentos hay un absoluto desprecio a la verdad frente a lo que conviene comunicar; una sobreinformación, en casos contradictoria la una con la otra y una capacidad de mentir con descaro, cuando se dice o hace una cosa y la contraria al tiempo.
Mientras, el desconcierto por los improvisados cambios en la gestión; el escapismo de Pedro Sánchez y su fábrica de slogans; la falta de un liderazgo político con credibilidad y lealtad a las instituciones y a los ciudadanos, va evolucionando hacia una inseguridad colectiva provocada por la evidente inacción de Gobierno y del Legislativa en el hoy y para el día después. Porque puede que, a la vuelta del verano, muchos de los vacunados hayan perdido ya su inmunidad…y los ERE sean cierre… Menos plasmas de tufo propagandístico, más gestión y más didáctica informativa que aclare en lugar de confundir, que ayude a caminar, sin miedo paralizante (¡hasta a las vacunas¡) Y un proyecto compartido de superación. Porque las tragedias nos dan la oportunidad de reconstruir nuestras vidas.