La F-105 cierra su misión con la OTAN y ya se prepara para un despliegue en mayo

Manuel Arroyo Alves
Manuel Arroyo FERROL

FERROL

Tras completar su cometido como buque insignia de la SNMG-2 en el Mediterráneo y Mar Negro, la fragata será unidad de mando de un ejercicio internacional

31 mar 2021 . Actualizado a las 16:13 h.

«Estamos deseosos de llegar a casa y ver a nuestros familiares. Lo necesitamos». Lo decía el comandante de la fragata Cristóbal Colón (F-105) tras desembarcar en Ferrol cinco meses después de haber iniciado el despliegue en el Mediterráneo y en el Mar Negro como buque de mando de la flota número dos de la OTAN, la SNMG-2, por sus siglas en Inglés. Al frente de esa agrupación aliada queda ahora la Méndez Núñez (F-104), que cerrará en verano el año de mando de la Armada española, y que abrió en julio del 2020 la Álvaro de Bazán (F-101).

A las 11.30 horas, el buque amarró en el muelle 5 del Arsenal Militar ferrolano para poner fin al despliegue, pero solo un punto y seguido en su año de alta disponibilidad. Tal y como recordó el comandante de la fragata más moderna de las F-100, Juan Bautista Payá, «seguimos preparados para salir a la mar ante cualquier incidente o cualquier situación». De hecho, durante este mes se prepararán para el próximo compromiso que tienen por la proa: el Formidable Shield-21. Son unas maniobras de defensa contra todo tipo de misiles en un escenario de amenaza a países europeos. La F-105 zarpará el 10 de mayo hacia aguas escocesas, donde permanecerá un mes, también como buque de mando, y embarcará a un almirante de EE.UU. con su Estado Mayor, de 30 personas.

Juan Bautista Payá y Santiago Vila
Juan Bautista Payá y Santiago Vila CESAR TOIMIL

Santiago Vila, comandante de la 31.ª Escuadrilla

«Algunos perdisteis a familiares por el covid durante el despliegue»

En la 31.ª Escuadrilla de Superficie se enmarcan las cinco fragatas F-100 y los dos buques logísticos Patiño y Cantabria. Su «jefe» es el Comandes, cuya función desempeña el capitán de navío Santiago Vila Barrón. Él fue el encargado de recibir el buque, con un breve discurso a bordo: «Enhorabuena por un despliegue con unos resultados extraordinarios. Habéis sido un magnífico buque de mando de la SNMG-2. Todo ha funcionado a la perfección», resumió en su intervención inicial. Pero Vila Barrón también destacó «los magníficos resultados obtenidos en los ejercicios y en las patrullas por zonas de mucha actividad naval». El responsable de la unidad de la Flota trasladó además un mensaje de gratitud a la dotación por «vuestra responsabilidad, al haber sido capaces de mantener el covid fuera del barco, incluyendo una cuarentena en domicilio durante el período de Navidades», dijo en referencia al permiso durante las fiestas, entre el 18 de diciembre y el 9 de enero. «Algunos miembros de la dotación perdisteis a familiares y seres queridos por el covid durante el despliegue, a los que quiero dedicar hoy un emocionado recuerdo», enfatizó.

Juan bautista Payá, comandante de la F-105

«En ningún momento hubo una situación de tensión con Rusia»

Al mando del buque y de los 220 militares que conforman la dotación está el capitán de fragata Juan Bautista Payá Martínez, que calificó el despliegue como muy «exigente» debido a la situación del covid. «No podíamos bajar en los puertos de descanso, pero aún así muestro mi total satisfacción y orgullo con la dotación de mi barco», subrayó. En cuanto al cometido propio de la misión, Payá Martínez destacó que «hemos materializado nuestro compromiso con la OTAN y nuestros aliados con más de cien días de mar, en los que hemos efectuado labores de seguridad marítima -localización, detección y seguimiento de tráfico o actividades ilegales- en todo el Mediterráneo, especialmente en zonas más complicadas como el Mediterráneo oriental y el Mar Negro». Sobre los movimientos rusos ante la presencia de la flota aliada en el Mar Negro, el comandante aseguró que «en ningún momento hubo una situación de hostigamiento o de tensión con Rusia, pero sí es verdad que hubo una presencia continua, de seguimiento permanente», algo que «no causó sorpresa» porque lo habían reflejado los «informes de inteligencia», precisó.