Fachenda

José Varela FAÍSCAS

FERROL

14 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

En los primeros años treinta del siglo pasado, dos jóvenes cazadores ferrolanos regresaban exultantes de una provechosa partida que les proporcionó seis y cinco perdices, respectivamente. Como quiera que tal proeza no podía quedar sin fachendear, maquinaron coronarla con una exhibición. Colgaron las once de un cinto y su portador entró solo en un conocido bar de la calle Magdalena, lugar de reunión de venadores y reputado escopetero su mesonero, Marcelino. Después de alardear de la hazaña, se despidió el cliente, y, en un portal cercano, cedió las piezas cobradas a su compinche. Éste entró en el bar preguntando por el primero, y revelando a los oyentes que llevaba otras tantas aves en sus portaconejos. La anécdota, de una ingenuidad pueril, llegó así a mis oídos de fuente fiable. El cuento, que se compadece con el aura jactanciosa de cazadores y pescadores, tendrá difícil parangón ahora para los troiteiros del coto del Mera: los dos lugares de encuentro tradicionales, facultados por Medio Ambiente para la expedición de permisos, sucumbieron a la pandemia. Ni Casa Andrea, en Ponte Mera, ni el restaurante O Tropezón, en A Barqueira, podrán servir de foro a las andanzas fluviales de los aficionados al concluir la jornada o antes de iniciarla. Lástima de las referencias, evocaciones y recuerdos de capturas memorables que regalaban con amabilidad y cortesía Marisol, en el primer establecimiento, y Pili, Milucha e Isa, en el segundo. Porque, como se cuenta del diestro Dominguín después de su aventura con la ígnea Ava Gardner, tiene tanto valor lograrlo como difundirlo. Aunque en este caso no fuese de la misma opinión Frank Sinatra, el astado necesario.