Los concellos avanzan hacia un alumbrado cada vez más sostenible

ANA F. CUBA FERROL / LA VOZ

FERROL

CESAR TOIMIL

La Diputación ha financiado 70 obras de mejora de la eficiencia energética desde 2017 y el IDAE subvenciona proyectos en varios concellos coruñeses

04 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Entre 2017 y 2020, la Diputación financió 70 obras de mejora de la eficiencia energética en 31 municipios de la provincia, por seis millones de euros. Muchas de estas actuaciones consisten en la sustitución de luminarias convencionales por otras de tecnología led. Esta es una de las mejoras previstas en el proyecto del Concello de Muxía para el entorno del santuario de Nosa Señora da Barca. «Ten dúas liñas: a sinalización ecolóxica sostible, con madeira e pedra; e a iluminación sostible, luz indirecta e oculta nos muros de mampostería, enfocada ao chan para evitar a contaminación lumínica», indica el alcalde, Santiago Toba.

Los ayuntamientos de Coirós, Narón o Culleredo figuran entre los que más han apostado, en los últimos años, por un alumbrado cada vez más eficiente. Juan López Fouz, gerente de la empresa Instelec, concesionaria del servicio en Culleredo o Cambre, reconoce el esfuerzo de estos concellos «por reducir las emisiones de CO2, además del ahorro en la factura eléctrica y la evitación de la contaminación lumínica». En 2020, el Colegio de Ingenieros de Galicia premió a Instelec por el cambio de la iluminación del conjunto del polígono de A Grela, un proyecto en el que colaboraron el Ayuntamiento de A Coruña y varias empresas.

Santiago protege su patrimonio

El Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE), dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, promueve el programa de ayudas para la renovación de las instalaciones de alumbrado exterior municipal, con una importante inyección económica a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional.

En la primera convocatoria, el Concello de Santiago obtuvo 1.284.576 euros para la sustitución de lámparas, luminarias y cuadros de control, y la instalación de sistemas de gestión centralizada. Esta intervención ya ha sido ejecutada y, según explican en el Ayuntamiento, este año se licitará un sistema de alumbrado ornamental inteligente, con el doble objetivo de preservar el patrimonio y reducir el gasto. «El alumbrado y la conservación de fachadas de elevado valor patrimonial supone 3,5 millones de euros al año en electricidad y mantenimiento de luminarias, el 9 % del capítulo 2 del presupuesto anual municipal», indican.

El ingeniero del Concello de A Coruña Coque Alcázar sostiene que «la mayoría de los ayuntamientos lo están haciendo muy mal» en esta materia, por falta de personal técnico que supervise los proyectos y por la irrupción de «fabricantes emergentes [de tecnología led]», además del «material traído de China, con dinero público y sin ningún tipo de control». Alerta de «inversiones millonarias mal planteadas».

 A Coruña, primer concello que se suma a la iniciativa «Slowlight»

El pasado 16 de mayo, Día Internacional de la Luz, se publicó el Manifiesto Slowlight, una iniciativa de Coque Alcázar y Raquel Valiño que propugna «una nueva cultura de iluminación pública». Persigue «obtener entornos a través de la luz, en el ámbito urbano y en el rural, creando espacios nocturnos en armonía, en los que la noche recupera protagonismo, gracias a una iluminación calmada, inteligente, saludable, sostenible, confortable y emocional, donde tanto la luz como la oscuridad son protagonistas en el diseño del paisaje nocturno».

Alcázar, ingeniero industrial, lleva 20 años gestionando el alumbrado público de la ciudad de A Coruña. Las administraciones públicas y el sector empresarial de iluminación técnica (fabricantes, ingenierías o empresas constructoras e instaladoras) son los destinatarios, junto a la ciudadanía, de la iniciativa Slowlight. Alcázar preside la asociación homónima, que acaba de echar a andar. El Ayuntamiento de A Coruña es el primero que se ha sumado, igual que Portos de Galicia, y pronto lo hará la Diputación. «La política de iluminación pública tiene que evolucionar hacia la sostenibilidad, y para eso no basta con cambiar luminarias por leds», remarca Alcázar. El Manifiesto Slowlight pretende servir de guía.