Otros virus

José Antonio Ponte Far VIÉNDOLAS PASAR

FERROL

31 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La versión española de esta pandemia mundial es la que menos entiendo. Hay muchas cosas que no me encajan, como los diagnósticos, las cuentas y los remedios que se proponen. Y algo más bochornoso: en una situación económica catastrófica como la actual, los políticos (hablo de diputados y senadores, especialmente) no han movido un dedo para ayudar con donaciones personales a paliar el desastre que supone que ahora mismo haya colas kilométricas de gente a las puertas de Cáritas y de otras entidades benefactoras. Y lo que es aún peor: han intentado tomarnos por tontos diciendo que iban a donar el dinero de los traslados a Madrid para asistir a las sesiones parlamentarias. Pero con el Congreso y Senado cerrados por culpa del Estado de Alarma, solo faltaba que los cobrasen. Insolidarios y avariciosos, personas que han hecho de la política un oficio profesional, cómodo y bien remunerado, sin que nadie les pida cuentas ni de su capacitación ni de su trabajo. Hoy, para ser camionero hay que tener bachillerato. Para ser político, basta con tener labia y carecer de escrúpulos.

Hay un libro muy curioso que hace un estudio exhaustivo del número de políticos en España y de la cantidad de dinero que cuestan al Erario Público. (Hay que advertir que el libro es del año 2009, con datos que se quedan hoy muy cortos: no hay más que comprobar cómo el actual Gobierno ha disparado el número de ministros, vicepresidentes, secretarios generales, consejeros y demás bicocas…). Se trata del libro de Daniel Montero Bejerano, La casta. El increíble chollo de ser político en España, según el cual en nuestro país hay 76.000 políticos profesionales que nos cuestan al año 720 millones de euros. A lo que hay que añadir otras prebendas. Por ejemplo, las pensiones: un español, después de estar 35 años cotizando, puede cobrar la pensión máxima: 32.000 euros anuales. Un diputado o un senador tienen que estar sOlo siete años en el cargo para optar a esa misma pensión. Por otra parte, los exministros tienen derecho a cobrar una pensión durante dos años por el 80 % de su sueldo. Es decir, unos 5.400 euros al mes. Y todo esto hasta se podría entender si su trabajo estuviese dirigido a beneficiar al país y a sus ciudadanos… Y si supiesen estar a la altura que se les supone. Pero la realidad nos demuestra día tras día que la gran mayoría no da el nivel. Y no solo en cuanto a preparación y competencia, sino que incluso dejan mucho que desear a nivel humano, como personas serias y coherentes. Los insultos, desprecios, desacatos y malas palabras que se escuchan cada día en el Congreso y en el Senado les rebajan a tertulianos soeces y barriobajeros. Pero, claro, esa es su categoría. Y lo que es peor: puede que ese sea el nivel de la mayoría de los españoles, últimos responsables, en definitiva, de que esta tropilla mediocre nos represente.

El último ejemplo, que nos debiera poner colorados: en Italia se constituyó, como en España, una comisión para afrontar la recuperación económica de la nación. Para presidirla eligieron a Vittorio Colao, máster en Harvard, con años en la dirección de Vodafone y otras multinacionales. Un tipo preparado y con prestigio, con años de experiencia, que sabe lo que es una empresa, que tiene conocimientos sólidos de economía empresarial.

Aquí, para dirigir nuestra comisión de recuperación han elegido a Patxi López, que no acabó la carrera y que lleva en política desde los 16 años, a las órdenes del jefe de turno de su partido…