Giselle Rodríguez, maquilladora: «Hay que salir de casa cómoda, huir de los estereotipos que nos imponen»

María Meizoso AS PONTES

FERROL

R.F.

La joven pontesa acaba de participar en su primer editorial para la revista «Vogue»

28 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Es feliz creando personajes. Lo repite y lo demuestra en cada uno de los proyectos a los que se enfrenta. Maquilladora profesional, la pontesa Giselle Rodríguez ha ido labrando su particular recorrido. Paso a paso, peldaño a peldaño. Por eso, en la última década, ha abierto varias puertas. La de la peluquería, en todas sus variantes. Entre ellas, la de plató. La de posticería o la de maquillaje protésico. Pero nada es suficiente para ella porque «cuanto más aprendo, descubro que sé menos y ahí es donde está el enganche de esto. Si no te quieres quedar en la mediocridad, tienes que seguir aprendiendo». Y, aunque la autoexigencia nunca la abandona, no pierde el norte y reconoce el valor de las cosas más pequeñas. Por eso, se reconoce tremendamente afortunada: «Al final el premio es poder trabajar de lo que uno quiere, lo que de verdad importa es aprender cada día más y poder vivir de esto».

En ese trayecto, que inició en 2010 en Barcelona, la meta está definida: la de la caracterización. Y aunque ya la roza con las manos, subraya que «aún no me quiero considerar caracterizadora porque para eso hay que estar muy preparada. Como en todos los oficios, el trayecto lo va haciendo la experiencia, la preparación, el trabajo y la pasión». Su día a día y su esfuerzo se encaminan a ello, pero también sus ahorros: «Cuando tengo algo de tiempo, la mitad de mi dinero se va en cursos, en seguir preparándome». Un trabajo, el de la maquilladora, convertido en pasión. Tanto que «me pongo a investigar sobre nuevos productos que salen, por ejemplo, de alta cosmética vegana y natural. E intento ir a todos los sitios que puedo para probarlos o comprarlos». Una deformación profesional que también la persigue en su tiempo de ocio: «Me pongo a ver pelis de cualquier época fijándome mucho en la parte de la caracterización, sin querer estoy todos los días muy pendiente de todo esto porque me encanta».

Rodríguez acaba de participar en su primer editorial para la revista Vogue. Un nuevo horizonte laboral que mira con el mismo entusiasmo. «Fue con las chicas de la tienda Elsavadeboda» Y, la experiencia, «no pudo ser mejor, me interesa mucho profundizar en este ámbito, en el tema de los retratos y la moda». Pendiente todavía de su publicación, aguarda el momento, enfrascada en otros trabajos, como «los books de actores, un mundo que me apasiona». Pero también con su participación en numerosos proyectos de ficción, de índole autonómico y nacional.

Series de ficción

Desde que hace una década descubriera su vocación, esa que fue fraguando desde niña, no ha parado. En su currículo figuran nombres de series como Viradeira, Serramoura, El final del camino o Vivir sin Permiso. Pero entre los proyectos que recuerda con mayor cariño se cuela el corto Limbo o su mano a mano con Gorka Aguirre, Goya al Mejor Maquillaje y Peluquería en 2018.

La pontesa, a punto de enrolarse en un nuevo proyecto de ficción, Tres Caminos, hace suyo el refrán de «en casa del herrero, cuchillo de palo». ¿Cómo se cuida? «Me pongo eyeliner y un poco de colorete, nada más». ¿Y para el resto? «La gente tiene que salir de casa cómoda. Y dejar atrás los estereotipos que nos imponen. En la libertad de cada uno está el gusto, con la raya del ojo hasta la ceja o con chándal y cara lavada».