Derechos y libertades

Marta Seijas

FERROL

31 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El 8 de octubre de 2017 estuve en Barcelona en una manifestación que parecía el inicio de la «reconquista» de Cataluña por los ciudadanos constitucionalistas frente al imperio de los indepes. Aquel día pensé que habíamos conseguido algo, que les habíamos ayudado a superar sus miedos, que nuestro cariño y el apoyo que tanto nos agradecían les daría fuerza para seguir enfrentándose en su día a día a los independentistas, que apoyados por la Generalidad, han okupado la vida de todos los catalanes. Se han hecho con las calles, han secuestrado la libertad de los ciudadanos que no imponen sus ideas sobre los demás. Dos años después, siento que no sirvió para nada, y no por los incidentes que se registran en las últimas semanas en las principales ciudades de Cataluña, sino porque desde el Gobierno de la nación parecen haber abandonado a los constitucionalistas una vez más a su suerte, haciéndoles creer que están solos otra vez.

El problema es tan amplio y abarca tantos ámbitos que su solución se antoja difícil, pese a que se ha juzgado a los cabecillas y han sido laxamente sentenciados, el hecho de que estos políticos continúen presos no resuelve nada (más allá del cumplimiento de una sentencia light), con un Torra que actúa como activista y no como el presidente de todos los catalanes. No gobierna para nadie, no legisla, no gestiona Cataluña, tan solo es una institución secuestrada por los rebeldes. Mientras tanto el Gobierno en funciones mira para otro lado y se limita al postureo mediático, con medidas de cortesía en viajes exprés, mientras juegan al gato y al ratón con Esquerra, Bildu... para mantener las más de 40 poblaciones en las que gobiernan gracias a ellos.

Contra los violentos, es necesaria la aplicación inminente de la Ley de Seguridad Nacional en Cataluña, para hacer cumplir la ley y velar por la seguridad de todos los catalanes. Ha llegado nuestro momento, demostrarles a los catalanes constitucionalistas que tienen nuestro apoyo, que no vamos a permitir que sus días de miedo continúen, que no se tengan que esconder. Hagamos valer nuestra democracia, eliminemos las fronteras que otros han creado basándose en una entelequia. Una utopía de conceptos vagos e imprecisos que atentan contra nuestra Constitución, contra la nación y contra los derechos y libertades de quien no sigue sus consignas.