Cada vez son más las tiendas y clientes concienciados con la necesidad de reducir los envoltorios de un solo uso
07 jun 2019 . Actualizado a las 11:45 h.En esta primera semana de junio, una conmemoración instaurada por la ONU y una campaña lanzada a través de las redes sociales han invitado a muchos a hacer examen de conciencia. La celebración del Día del Medio Ambiente y el reto viral Una semana sin plásticos -lanzado por la organización Zero Waste España para boicotear la venta de alimentos envueltos en plásticos de un solo uso- ha animado a algunos establecimientos a poner en marcha iniciativas para crear conciencia, mientras que muchos consumidores se han propuesto revisar y cambiar sus hábitos para aportar su granito de arena al cuidado del planeta.
En el centro comercial Odeón de Narón, por ejemplo, se repartieron el miércoles bolsas de algodón orgánico con el nuevo logo del gigante de A Gándara y en menos de un pispás volaron de las manos de la azafata del puesto Ecofriendly. «Se empezaron a repartir a las seis de la tarde y en pocas horas se agotaron», aseguran desde Odeón.
Pero, más que desde las grandes superficies -donde en algunos casos el uso de envoltorios de plástico para vender frutas y verduras resulta realmente abusivo-, son las tiendas de barrio y los comercios de productos ecológicos los que más están contribuyendo a crear conciencia. Un buen ejemplo de ello se puede encontrar en + KeFruta, un pequeño negocio recién abierto en Ferrol Vello y donde en pocos días las bolsas de plástico serán sustituidas por otras de papel para vender legumbres y pastas a granel, además de todo tipo de verduras y frutas. «Sale más caro, pero hay que concienciar a la gente. Además, cuando los clientes cojan el hábito y rechacen el plástico, seguramente los costes bajarán», comenta el responsable de la tienda, Sergio Pico, que antes tenía un negocio en Fene y asegura que en los dos últimos años ha notado un aumento notable de los clientes que acuden a hacer la compra con sus propias bolsas de tela o con el carrito.
Al igual que Sergio, Olaia Fernández, de Ecotenda 78, también percibe que los consumidores cada vez están más concienciados. «Aquí ya usamos desde hace mucho tiempo las bolsas de papel para la venta a granel, pero hay gente que incluso viene de sus casas con tarros de cristal para evitar su consumo», comenta.
Para quienes no quieran llevar los tarros de casa ni que les sirvan la compra en envoltorios de papel, en Ecotenda 78 también se venden bolsas de tela de diferentes tamaños en función del uso que se les vaya a dar -pequeñas y medianas para la venta de cereales y legumbres y más grandes para otro tipo de productos-, además de las típicas bolsas de redecilla de toda la vida. «Las tenemos de diferentes colores y están siendo un éxito», asegura Olaia Fernández.