Olvidadas

Nona Inés Vilariño MI BITÁCORA

FERROL

06 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El viernes se celebra el Día Internacional de la Mujer. Son muchos los artículos y comentarios periodísticos, que recordarán el largo camino que queda para alcanzar la igualdad formal o erradicar la violencia machista. Pero, mi particular homenaje a la mujer es hoy para dos colectivos, a mi juicio olvidados: el de las ancianas viudas y el de aquellas mujeres que se han dedicado, en muchos casos a su pesar, solo al cuidado de sus familiares. Trabajo que, si se valorase adecuadamente, se conocería su aportación -de una cuantía escandalosa- a la economía. Por añadidura, la maternidad no se considera hoy un valor para la sociedad, ni en momentos como los actuales en los que el índice de natalidad está en niveles alarmantes. Tanto es así que en la propaganda reivindicativa, oficial o partidista, se habla de emprendedoras, de profesionales cualificadas, de valientes luchadoras, etcétera. Pero nunca de madres. Cuando es un bien cada vez más escaso, necesario, socialmente rentable y, como tal, merecedor de protección sin complejos, más allá de deducciones o subvenciones que, mal concebidas, hasta pueden ser un obstáculo.

En relación con las ancianas viudas (subrayo lo de ancianas) que no pudieron ejercer una profesión -como la mayoría de las de su generación-, que tienen una pensión de cuantía mínima (alrededor del 50 % de la de su marido), considero que son un colectivo olvidado, que sufre notables carencias. Pero son invisibles e inaudibles y su condición no da portadas… Abuelas y bisabuelas de mirada ausente, que llevan años esperando la ayuda a la dependencia. Y así morirán.