El verano en Narón da vida a Sofia y Maksin

La Voz

FERROL

JOSÉ PARDO

Proceden de la región rusa de Briansk, próxima a Chernóbil

01 jul 2014 . Actualizado a las 13:09 h.

Más de 3.700 kilómetros separan dos ciudades que poco tienen que ver entre sí, Chernóbil y Narón. Una distancia que han recorrido Sofía y Maksin dentro del programa de acogida de la Asociación Ledicia Cativa, para pasar el verano con sus familias naronesas. Los pequeños de nueve años, procedentes de la región rusa de Briansk próxima a Chernóbil, pasarán los meses de julio y agosto con familias naronesas disfrutando de las vacaciones y recuperándose de problemas de salud derivados de la contaminación de la central nuclear.

«Lo que más me gusta es la playa», asegura Maksin. Para él será su cuarto verano con la familia de Pilar Vázquez. Sofia, sin embargo, pisa Narón por segunda vez. «Se lo pasan pipa. Sofia llegó al aeropuerto el viernes, y vendría cansadísima de un viaje tan largo pero ya tenía unas ganas enormes de empezar hacer cosas, solo pedía playa», destaca su madre de acogida, Montse Tuimil.

Durante su estancia en Narón, los pequeños no solo desconectan de la realidad de su región natal, sino que les sirve como ayuda médica. «Cogen peso, talla, comen más... Se van de aquí mucho mejor y todos morenitos», bromean las madres. Sus comidas españolas favoritas: «la carne y las patatas fritas», confirman los niños. Y para poder facilitar la comunicación, la asociación ha hecho entrega a las familias de unos libros con las palabras básicas en ruso. «Ellos aprenden rápido español, parece que es llegar y recuerdan muchas palabras, allí ven el canal en español, pero yo solo se lo básico: hola, gracias, cómo estás y te quiero mucho», comenta Pilar.

El alcalde, José Manuel Blanco, acompañado de la concejala de Acción Social, Catalina García, recibió ayer a los pequeños en la casa consistorial, y les hicieron entrega de obsequios como una mochila, un cheque por valor de 60 euros para canjear por material escolar y una enorme bolsa de chucherías. «Os doy la bienvenida a Narón. Ahora toca mucha playa y muchos juegos. Y a las familias os doy las gracias por tener esta solidaridad para con otros en circunstancias más adversas», agradeció Blanco. Por primera vez, el Concello ha firmado un convenio con la asociación para financiar los gastos del viaje de los niños. Pasar estos dos meses lejos de los efectos de Chernóbil destacó García, supone a los pequeños «ganar años de vida».

Cuando termine el mes de agosto, Sofia y Maksin volverán a Rusia, aunque las familias naronesas nunca pierden el contacto, aunque sea por teléfono, durante el resto del año.