«¿Por qué tenemos hijos? Falla la TDT, mala conexión a Internet...»

ana f. cuba MAÑÓN / LA VOZ

FERROL

En Mañón el índice de natalidad se sitúa en dos hijos por cada mujer

20 jun 2014 . Actualizado a las 12:52 h.

A los vecinos de Mañón les cuesta creerse el dato del Instituto Galego de Estadística (IGE) que les sitúa como el municipio gallego con mayor índice de natalidad. La media de hijos por mujer es de dos, más cerca que ningún otro del nivel de reposición, que garantiza la continuidad demográfica. Beatriz Mariña Casás, vecina de la localidad mañonesa de Porto de Bares, de 32 años, aporta una explicación a un dato que ha sorprendido a todo el pueblo. «¿Por qué tenemos hijos? La TDT falla o no llega, hay problemas de conexión con Internet... y el nordeste». Su madre, María del Carmen, añade «la punta de Estaca de Bares, que marca el norte», como otra de las causas, sin base científica, que podría ayudar a explicar este fenómeno.

Beatriz ha seguido la tradición familiar y ya va por el tercer vástago, superando así la media de este concello, de poco más de 1.500 habitantes. Mateo, de seis años; Ángel, de cuatro; y Marina, de dos, alegran la casa. «Juegan entre sí y no necesitan a nadie parar pasárselo bien», cuenta la madre. Y es que en Porto de Bares, como ocurre en las parroquias de Mañón o Grañas do Sor, apenas se ven críos por la calle. «En verano y los fines de semana, cuando vienen más niños, Mateo dice ?mamá, tenemos vecinos?; para ellos es una novedad», indica esta joven. De su generación es la única con familia numerosa, al menos de momento.

«La calidad de vida de un niño en O Barqueiro [capitalidad del Ayuntamiento de Mañón] no tiene nada que ver con la de una ciudad o poblaciones cercanas como Viveiro, en el colegio en cualquier otra actividad. Ni atascos, ni miedos... puede jugar en la calle o quedarse con otros compañeros en el parque... Eso solo lo valoras cuando lo pierdes», recalca José Manuel Martínez Pernas, de 36 años. Eso sí, «con unos servicios que no pueden faltar, centro médico y colegio».

¿Alguna desventaja? «Para todo tienes que coger el coche, llevar a los niños a la piscina, a patinaje, a fútbol...», constata Beatriz. Aún así, asegura, compensa, «porque aparcas a la puerta de tu casa y te sientes libre, sin peligro, y los niños pueden correr». En su caso, le favorece trabajar donde vive (el restaurante La Marina) y la ayuda de la abuela y el resto de la familia para criar a sus pequeños en este «paraíso infantil».