Recursos

José Varela

FERROL

18 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La respuesta más socorrida para frustrar demandas ciudadanas presentadas a diario ante los ayuntamientos es la falta de recursos. Es una mentira y una simplificación. Un embuste interesado que convierte el ejercicio de la política en un esoterismo, en un proceso animista. Alcaldes y concejales prefieren mantener en el limbo el ejercicio de su función, en lugar de dar explicaciones a los vecinos. Una vez constituidas las mayorías de gobierno, eso de informar y rendir cuentas al electorado es un engorro, un atraso. Tal vez piensen los ediles que es tan diabólicamente complicado lo que hacen que no lo entenderíamos, algo que solo está al alcance de mentes privilegiadas. De este modo, la patraña de la falta de recursos se repite como un mantra hasta que acaba siendo asumido. Les falta valor para bajar a pie de calle y aclarar, por ejemplo: tenemos recursos para convertir la plaza de España en una leira a barbecho, con hierbajos, adoquines y un piso de colorines, pero no para evitar que se caiga la casa de Carvalho Calero, por poner un ejemplo entre decenas posibles. O, alternativamente: lo hemos gastado ahí, pero a la vista del resultado, nos hemos equivocado. Así de sencillo, así de honrado. Hay recursos, pero se emplean en lo que decide libre y legítimamente el grupo de gobierno local. Pero falta valor personal para defender las propias y, es de suponer, meditadas decisiones. El municipio de Valdoviño ha perdido este año las banderas azules que flameaban en sus privilegiados arenales otorgadas como es habitual por la Fundación Europea de Educación Ambiental ¿Cuál ha sido la reacción del Concello? Exacto: falta de recursos.