El deterioro devora el Bambú Club

Antía Urgorri Serantes
Antía Urgorri FERROL / LA VOZ

FERROL

JOSÉ PARDO

El inmueble, vallado desde hace años, apenas tiene en pie el tejado

07 oct 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

El Bambú Club, el popular edificio del barrio de Recimil, acusa cada vez más el paso del tiempo con un avanzado estado de deterioro. Vallado desde hace años y con desprendimientos de cascotes habituales, el inmueble, en primera línea de la carretera de Castilla, apenas mantiene en pie el tejado, que como se aprecia en la foto, ha sido objeto de numerosos derrumbes.

El gobierno actual, a diferencia del anterior, ha optado por la fórmula del derribo, pendiente aún de la autorización definitiva de Patrimonio, que es el organismo que tutela cualquier intervención sobre el barrio, al estar protegido. «Es una decisión basada en la seguridad», señalaba a finales del pasado año el concejal de Urbanismo, Guillermo Evia, cuando daba a conocer la intención del Ayuntamiento de meter la pala en este inmueble deteriorado.

Proceso lento

Sin embargo, los trámites necesarios previos a la demolición, que obligan al Concello a enviar a Patrimonio desde informes técnicos hasta los planes de futuro para la parcela del Bambú Club, han ralentizado el proceso.

Así, vecinos de la zona manifestaban estos días su temor por el estado en el que se encuentra el inmueble, sobre todo, teniendo en cuenta que empieza la época del otoño-invierno, en el que son frecuentes las fuertes lluvias y los temporales.

El Ayuntamiento ha cifrado en 155.599 euros el coste estimado para derribar el inmueble. Asimismo, el Concello rescindió el contrato que tenía el anterior ejecutivo municipal con los arquitectos Celestino Graña e Isabel Aguirre para el proyecto de rehabilitación del edificio. El PSOE quería que el Bambú Club sirviese de modelo para la reconstrucción del barrio.

Pero el gobierno actual tiene claro que la rehabilitación no tiene sentido, teniendo en cuenta el avanzado estado de deterioro del bloque.

El PP apuesta por el derribo, pendiente aún del permiso de Patrimonio