Inocentadas y Racing

Jorge M. Deza

FERROL

02 ene 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

unca entendí por qué en la cultura cristiana conmemoran el (muy improbable históricamente) suceso de la matanza de los inocentes haciéndose bromas los unos a los otros. En todo caso, poco efecto causan ya las noticias adscritas a esa extraña tradición, acaso porque la gente es menos ingenua o, acostumbrada a un bombardeo informativo, aprendió a discernir entre lo posible y lo casi improbable. O no.

En el capítulo de las inocentadas futbolísticas locales, el fichaje del francés Lamatina por el Racing fue comidilla por unas horas. Normalmente, estas ocurrencias suelen vincularse a una necesidad, y cuando las cosas no marchan bien la broma consoladora consiste en imaginar que se ficha al goleador anhelado o a la estrella que, inopinadamente, accede a venir tras arduas gestiones para su incorporación. Pero cuando todo va sobre ruedas la salida se torna en sueño eufórico con tintes de película de Walt Disney.

La primera inocentada conocida relacionada informativamente con el Racing data de 1922, anunciándose un Racing-Núremberg aprovechando la prevista visita del club alemán a Barcelona. Desde entonces, prensa e ingenio popular construyeron estadios imponentes, trajeron grandes figuras del balón y otras idas y venidas a cual más disparatada. Pero la realidad pone todo en su sitio, y nos dice que el mejor modo de recoger ese cesto de ilusiones es luchar por ellas cada día con método, fe y constancia.

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