Las playas de la zona experimentaron buenas temperaturas de baño
22 ago 2011 . Actualizado a las 21:02 h.Aunque nunca alcanzarán las temperaturas del Mediterráneo, las aguas de las playas de la zona han registrado en lo que va de verano una media de temperatura bastante agradable, en torno a un promedio máximo de 21 grados. Es más, este fin de semana, según la información aportada por Meteogalicia, el arenal de Morouzos, en Ortigueira, rebasó esta cifra, con 22 grados en sus aguas. En el resto de los arenales de la zona, no se bajó de los 19 grados. Durante las pasadas semanas, la barrera se mantuvo siempre por encima de los 18 grados.
¿La razón? Gran parte de la culpa la tiene el mal tiempo que reinó durante la mayoría del mes de julio y primera semana de agosto, lo que provocó que no predominasen los vientos del norte y apenas se produjesen afloramientos marinos. ¿Qué son? Se trata de un fenómeno que se encarga de enfriar el agua de las playas. Se produce cuando el viento es de componente norte y, en consecuencia, hace buen tiempo. Se desplaza la masa superficial del agua hacia afuera, y como consecuencia son empujadas las aguas más profundas, que están más frías, pero son más ricas en nutrientes. De ahí la riqueza marisquera de la costa.
Sin embargo, entre que los afloramientos han sido menores por el mal tiempo y en la costa de Ferrolterra y Ortegal se viven con menor intensidad que en el sur gallego, las aguas de los arenales de la zona han gozado de mejor temperatura de lo habitual. Aunque eso sí, los bañistas solo han podido disfrutar de estos cálidos baños en jornadas muy contadas, ya que apenas ha hecho buen tiempo en el mes de julio.
Para cosechar estos datos, Meteogalicia cuenta con una red de boyas pertenecientes a Puertos del Estado. Estas balizas están colocadas a varias millas de la costa, lo que puede provocar que exista alguna mínima diferencia entre la temperatura que notan los bañistas en la orilla de la playa y la que registra la boya dentro del mar.
En la temperatura del agua influyen distintos factores climatológicos, como el viento, en función de su intensidad, dirección y frecuencia; las corrientes; o la profundidad a la que se produzca el afloramiento.