Gloria y Rafael Casqueiro trabajan en la empresa familiar que fundó su abuelo tras jubilarse sus padres, un mundo que les apasiona y les encanta
20 sep 2009 . Actualizado a las 02:00 h.Hay comercios en las ciudades que, por la cantidad de tiempo que llevan en la urbe, se han convertido en una parte más de sus calles. Esto mismo es lo que ocurre con las tiendas de Kenia del grupo Casqueiro que cuentan con casi 70 años de historia.
Juan Álvarez fue su fundador y comenzó con un pequeño comercio en la calle Hospital. Tras dejárselo a su hija Mara, ahora son sus nietos, Rafael y Gloria Casqueiro, los que hacen los pedidos y controlan las últimas novedades en el mundo de la lencería. Ahora cinco tiendas repartidas por toda la urbe forman el grupo empresarial.
Rafael Casqueiro, el marido de Mara, también ayudó en la empresa familiar tras casarse y asegura que el trabajo le entusiasmó. Lo mismo que a su esposa y, ahora a sus dos hijos. Y es que Gloria cuenta que desde muy pequeña sabía que quería dedicarse al completo a luchar por el futuro de la empresa que su abuelo fundó.
«Me encanta el trabajo, el trato con la gente y dar consejos», comenta Gloria, que se ha convertido en una experta en el mundo de la ropa interior y la corsetería, al igual que su hermano.
Sin embargo, mucho antes que ella Mara y Rafael ya tuvieron que trabajar duro para ir adaptándose a las épocas, ya que, mientras pasaba el tiempo la mujer iba cambiando y, con ella, la lencería. «Esto es una cuestión de renovación. Hay que ir adaptándose a las demandas y darles respuesta», comenta Rafael, que aunque ahora está jubilado asegura que sigue pendiente de los designios de las tiendas «por la crisis y la situación de la ciudad». Y es que pese a todo, Kenia también ha notado ciertas dificultades en esta época. «La tienda de la calle Galiano ya no va tan bien como antes», comenta Rafael.
Pero si algo tienen en común los miembros de la familia Casqueiro es que son grandes amantes de su profesión y están muy orgullosos de su trabajo. «Nos llena de orgullo ese dicho que hay en Ferrol de que si no hay algo en Kenia es que no lo hay en ningún otro sitio», comenta Rafael.
Sin embargo, todos están de acuerdo en que si han llegado tan lejos es por el tiempo y las horas de trabajo que se han pasado detrás de un mostrador, primero el fundador, y luego las sucesivas generaciones.
Modificaciones
Tanto Mara y Rafael como sus hijos aseguran que, con el paso de los años, han tenido que seguir haciendo cambios en el negocio para poder salir adelante. «Hay que renovarse», comenta Gloria.
Pero también cuenta que en un principio se dedicaban a algo más que la ropa interior, y es que en sus establecimientos también se podían adquirir varios artículos de vestir para hombres, como camisas y corbatas, algo que actualmente ya no hacen.
«Se puede decir que nos hemos especializado en el mundo de la corsetería y lencería, tanto de hombre como de mujer. Con cada generación hemos hecho cambios», comenta Rafael.
Ahora, Mara y Rafael disfrutan de la jubilación, viajan y tienen el tiempo libre que no pudieron disfrutar trabajando en el mundo del comercio. Aunque reconocen que echan un poco de menos estar en contacto con sus clientes.