Un pequeño milagro en las gafas

Brais Capelán

EXTRAVOZ OK

ANGEL MANSO

La óptica Sánchez Rubal es la primera en comercializar en Galicia Orcam MyEye, un aparato con una lente que se acopla a la patilla y reconoce rostros, lee textos y memoriza productos para hacer más sencillo el día a día de las personas invidentes.

31 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay personas que, por diferentes motivos, han perdido gran parte de su visión y les es imposible ver el nombre de la calle por la que andan o, simplemente, distinguir unos cereales u otros en el supermercado. Esos pequeños detalles causan enormes molestias a las personas invidentes. Pero hay soluciones. Una de ellas se llama Orcam MyEye, un dispositivo de visión artificial con una cámara que se acopla a la patilla de las gafas y aporta una ayuda electrónica inteligente al usuario.

 ¿Qué puede hacer esta tecnología exactamente por las personas con visibilidad reducida? Puede leer diferentes textos. Desde el nombre de una calle o una caja de un medicamento a la página de periódico que tiene usted ahora mismo delante. Solo es necesario realizar un simple gesto para activar este dispositivo: señalar. Con el dedo indicamos qué queremos que la cámara lea y esta procesa el texto y lo reproduce a través del altavoz incorporado. La lectura puede ser dictada al instante o almacenarse en la base de datos del dispositivo para una escucha completa.

Esta novedosa tecnología llega a Galicia de la mano de la óptica coruñesa Sánchez Rubal, que ha facilitado a la atleta paralímpica y médica viguesa Susana Rodríguez un ejemplar para que lo evalúe. «La gente no sabe muy bien lo que supone ser ciego. Son personas totalmente capaces y con inventos como este mejorarán su calidad de vida», afirma Manuel Sánchez Rubal, propietario de la óptica.

Además de leer diferentes textos, la Orcam MyEye puede identificar y nombrar a las personas cuyos rostros tiene almacenados. «Te dice a quién tienes frente a ti, lo que supone otro grandísimo avance», afirma Sánchez Rubal. Toda la información se almacena en un aparato unido a la cámara y que se puede colgar de la cintura. Contiene una tarjeta de memoria y se conecta al ordenador para actualizarse. «No es un producto que se compre y se pueda utilizar en el momento. Hace falta algo de entrenamiento. No es muy difícil usarlo pero son necesarios conceptos básicos», dice Sánchez Rubal.

Dos versiones

El sistema MyEye de Orcam fue lanzado al mercado con dos versiones diferentes. Hay una, más básica, que no incluye la opción del reconocimiento facial. Cuesta 3.600 euros. El dispositivo más completo, que incluye todas las funciones, cuesta 4.500 euros. Hace escasamente año y medio que se ha comenzado a comercializar en Estados Unidos y, según el propio Sánchez Rubal, «es una tecnología que se irá actualizando con el tiempo», lo que permitirá a sus usuarios darle una larga vida útil.

Se trata de la séptima versión de este modelo, que es capaz de leer entre 100 y 240 palabras por minuto. Tiene una capacidad de memoria interna capaz de reconocer 100 caras y 150 productos. Además, cuenta con una batería con 24 horas de autonomía y que se recarga mediante USB. La cámara se acopla fácilmente a cualquier tipo de patilla, salvo aquellas demasiado finas, y tiene un peso total de 31 gramos.

Un pequeño milagro que, con tiempo y a base de actualizaciones, puede convertirse en imprescindible para las personas con visibilidad reducida. Una ayuda extra ya disponible en Galicia.