Ser madre más allá de los 35

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Hace cuatro décadas nacían más de 44.000 niños al año en Galicia; en la actualidad no llegan a 20.000; el embarazo de hoy en día es el de una mujer que supera con frecuencia los 35 años y es primeriza; pero el sistema sanitario conoce la realidad y sabe dar respuesta.

01 dic 2017 . Actualizado a las 08:23 h.

En el año 2016 nacieron 18.952 niños en Galicia. Cuarenta años antes, en pleno baby boom, fueron 44.840, más del doble. Pero la maternidad, la paternidad, el embarazo y el parto, no solo han cambiado en cifras. Han cambiado en técnicas y en filosofía. Y sobre todo en edad. Según los últimos datos del Instituto Galego de Estatística, del año 2015, el número de hijos por mujer se sitúa en un mísero 1,1, una media en la que A Coruña está ligeramente por encima y Ourense por debajo. Y la edad media en el primer hijo es de más de 32 años, en concreto 32,58. Este es el principal cambio de los últimos años, las parejas retrasan la decisión de tener hijos, y los embarazos a partir de los 35 años son más la tónica habitual que una minoría.

La maternidad tardía acarrea un mayor número de cesáreas, más problemas en el parto y mayor posibilidad de retraso en el crecimiento intrauterino. ¿Hay que alarmarse? No. «Esto no quiere decir que no vayan a ir bien, simplemente hay que hacer más esfuerzo social y médico en estas pacientes». Quien hace estas afirmaciones es el responsable del servicio de ginecología y obstetricia del Chuvi, Carlos López Ramón y Cajal, quien recuerda que, «nosotros tenemos que ir adaptándonos a las circunstancias que tenemos, solo podemos ayudar y asistir, y los resultados son muy buenos, la asistencia obstétrica es muy segura en nuestro país».

Cuando se habla de este retraso en la maternidad puede creerse que antes no había madres más allá de los 40, y que sin embargo por debajo de 20 muchas mujeres decidían tener hijos. Lo cierto es que no es verdad. En 1976 el 4,6 % de los partos eran de mujeres de 40 o más años. En el 2016 el porcentaje es casi idéntico, incluso un poco más bajo. ¿Cuál es entonces la gran diferencia? Que casi con total seguridad la inmensa mayoría de mujeres que tenían hijos con 40 entonces habían tenido ya partos previos, mientras que ahora muchas de las embarazadas a partir de los 35 son primerizas. Y aunque la edad es la misma, el proceso no es igual, «no es lo mismo un segundo hijo, ya que ha habido una experiencia previa y el cuerpo responde, por decirlo de alguna manera, mejor, que un primer hijo en el que de repente la mujer se enfrenta a todo un proceso hormonal y a un embarazo con más posibilidades de prematuridad, hipertensión y diabetes que requiere más control», explica Ramón y Cajal.

El cuerpo no reacciona igual a los 27 que a los 37 ante un estrés físico. Eso sí, insiste el responsable de ginecología del Chuvi, «el embarazo prepara a las mujeres y les da mucha fortaleza». ¿Y cuáles son los problemas asociados? En el momento del parto se incrementa la probabilidad de cesárea, ya que las mujeres tienen más patologías, hay más casos de procesos hipertensivos asociados al parto y de hemorragias posteriores. Y aumentan además las posibilidades de niños con bajo peso por un retraso en el crecimiento intrauterino.

Pero los centros sanitarios deben absorber esta realidad. Mujeres más mayores, hipertensas, que acuden a procesos de reproducción asistida, «y que quieren tener hijos, por lo que necesitan de hospitales que abarquen de una complejidad que dé respuesta a sus necesidades», apunta el responsable de obstetricia en el Chuvi. En este centro, por ejemplo, el que atiende más partos en toda Galicia, la edad media de la maternidad en el 2017 se sitúa en 33,5 años, uno más que en España. «Y por encima de los 40 tenemos entre el 10 y el 11 % de los partos», asegura.

Un centro pionero

De ahí iniciativas como el Centro Avanzado de Medicina Materno Fetal que acaba de ponerse en marcha en el Chuvi, y que será referencia en toda Galicia en determinados procesos diagnósticos y terapéuticos.

Para la formación en asistencia e investigación se ha firmado un convenio con el Jackson Fetal Therapy Institute, el centro estadounidense de referencia mundial en esta materia, que precisamente este fin de semana ha comenzado, centrándose en los problemas de los embarazos gemelares con una placenta. Una de las técnicas que promueve, y que abordará este centro, es una cirugía para que un gemelo done sangre al otro. Las instalaciones disponen de varias unidades y se realizará cirugía intrauterina, es decir, prenatal, un tipo de intervención infrecuente. «El hecho de que se pueda decidir interrumpir o no una gestación limita el número de casos, al poder detectarse precozmente muchos», explica Carlos López.

En resumen, el retraso en la maternidad, fundamentalmente en el primer hijo, ha sido el gran cambio de los últimos años, pero los recursos sanitarios deben adaptarse y lo hacen a una nueva realidad que se caracteriza sobre todo por partos más allá de los 35. Y como los profesionales sanitarios explican, con un mayor control pueden ser embarazos sin sobresaltos y alumbramientos felices, en un país en el que los niños son una riqueza que hay que cuidar.