Botas con brillo y sin tacos

EXTRA VOZ

Xurxo Fernández

La calidad de las botas de fútbol vuelve a estar en entredicho. Los intereses comerciales parecen haber enviado a un segundo plano la fiabilidad del calzado. La estabilidad ha dejado paso a un llamativo arco iris en los pies de los jugadores.

08 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El negocio de las botas de fútbol ha registrado un auge imparable a lo largo de las últimas temporadas. El márketing y la publicidad que lanzan las grandes estrellas se han convertido en un gancho irresistible para aficionados y niños. Hasta el punto que, en ocasiones, el calzado adquirido por los deportistas amateur es tan llamativo como frágil. Los seguidores se gastan cientos de euros para adornar sus pies con los mismos colores que los de sus ídolos. Pero la fiabilidad del producto empieza a resentirse cuando abren las cajas de cartón y los zapatos se examinan con «fuego real». Ahora también se lanzan interrogantes sobre su calidad desde el ámbito profesional.

La fiabilidad del calzado de los futbolistas saltó de nuevo a la palestra hace unos días. Víctor Sánchez, entrenador del Deportivo, le recomendó a su jugador Lucas Pérez un cambio de botas después de escurrirse en varias ocasiones durante el partido del pasado fin de semana contra el Atlético de Madrid.

«Los jugadores tendrán que hablar con sus marcas comerciales y revisarlas, porque no es la primera vez que nos pasa esto. Ya nos sucedió contra el Málaga. Le dije a Lucas que tiene que cambiar las botas, porque es una pena que, por un resbalón, se malgaste una posibilidad de quedarse solo delante del portero», comentó el técnico blanquiazul. «Le voy a hacer caso al míster», afirmaba más tarde el delantero del Dépor.

Lo que sucede en profesionales tiene su fiel reflejo en categorías de aficionados o de base. Existen jugadores que recurren a Internet para tratar de adquirir botas de calidad ante la dificultad de hallarlas en proveedores habituales. Algunos reconocen que los diseños son, en la actualidad, mucho más llamativos que antaño, cuando se estilaba el clásico calzado negro con rayas blancas. Pero lamentan que el producto no ofrezca una dosis extra de resistencia.

Algunos entrenadores incluso han perdido la paciencia con sus pupilos. Y no porque la indumentaria que porten pueda resultar más o menos llamativa o fiable. Sino porque ponen en riesgo el rendimiento individual y colectivo. Uno de ellos es Massimiliano Allegri, técnico de la Juventus. Después del empate que el conjunto italiano cosechó esta semana en la Liga de Campeones ante el Borussia Dortmund, desató sus iras contra Morata. El delantero saltó al césped con unas medias antirreglamentarias que llamaron la atención del árbitro.

«Tiene que crecer. No se puede estar tres minutos fuera del campo para cambiarse unas medias. La norma dice que hay que vestir con uniformidad. Esto no es un desfile de moda, sino un partido de fútbol. Estoy muy enfadado. Sé que son jóvenes, pero tienen que empezar a entender ciertas cosas», afirmó el preparador de la Vecchia Signora acerca del comportamiento del ex del internacional español.

Pero el mercado de hacer billetes por la venta de calzado deportivo está lanzado y sin freno. Cristiano Ronaldo estrenó el martes un nuevo modelo en sus pies. Una vez más, los aficionados quedan a merced de los ganchos comerciales lanzados por la industria.

Riesgo de lesiones

El hecho de gastarse los euros en una bota llamativa no garantiza la salud de los deportistas. Una mala pisada puede provocar lesiones. Es un riesgo del que no están exentos los que se enfunden un calzado llamativo o a la última moda. 

Los futbolistas deberían estudiar el tipo de taco propicio para el césped en que se van a desenvolver, cuáles son las botas que les proporcionan una mayor estabilidad o qué modelo, independientemente del diseño, se adapta de manera óptima a la pisada de cada uno.