La borrasca que derrotó a los nazis 

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EXTRA VOZ

 En junio de 1944 una apuesta arriesgada por parte de un grupo de meteorólogos permitió sorprender a los nazis en las playas francesas. Eel desembarco de NLa borrasca que derrotó a los nazis ormandía fue un éxito gracias a una borrasca.

21 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

En junio de 1944 los nazis estaban siendo aplastados por los rusos en el frente oriental. Pero por fin estaba a punto de materializarse la participación de las tropas aliadas.  «Una vez decidida la invasión el problema era que debía ser una operación aeronaval sin precedentes. Tras el fracaso de la batalla de Dieppe  el nuevo desembarco tenía que ser en las playas» recuerda Marcos Valcárcel.  El lugar había sido escogido con anterioridad durante la Conferencia de Trident, celebrada en mayo de 1943. La puerta a Europa sería la costa francesa, en concreto las playas de la región de Normandía. Los nazis lo sabían y se encargaron de minar aquellos arenales a conciencia. La ventana de oportunidades era reducida ya que el desembarco tendría que cuadrar con mareas vivas para evitar los explosivos.  Entre el siete y el nueve de junio se presentó una posibilidad pero había un problema, un temporal. «En el mapa se ve una borrasca profunda sobre el Mar del Norte y otra en el centro del Atlántico» comenta el meteorólogo.  No eran buenas condiciones para el despliegue de las tropas aunque alguien debió pensar que el  tiempo podría ejercer su propio papel en todo aquello. Así que reunieron a un grupo de meteorólogos para analizar la situación. «Hubo tres equipos diferentes. Uno  procedía de EEUU y los otros eran ingleses, de la Met Office y del ejército. Los americanos usaban el método  de análogos mientras que los ingleses calculaban la dinámica de la atmósfera a partir de las condiciones iniciales para averiguar cuál sería la evolución. Entre todos consiguieron un pronóstico de consenso para el día 6» termina el físico. El capitán James Stagg, jefe del servicio de meteorología, comunicó a Eisenhower que el viento no sería tan intenso y que habría claros y nubes. El comandante estadounidense, un hombre positivo que llegó a decir aquello de «el pesimismo nunca ganó una batalla» hizo caso a los científicos y dio la orden para que todos se pusiesen en marcha a las siete de la mañana aprovechando la marea. 

En aquella fase del conflicto, la Alemania de Hitler estaba siendo derrotada y ya no disponía de tecnología de observación meteorológica del Atlántico Norte. Lo único que intuían era que con aquel mal tiempo el desembarco jamás podría llevarse a cabo. De hecho los  meteorólogos alemanes llegaron a informar a Erwin Rommel, que estaba al mando de las defensas, de que se esperaba una galerna en el canal así que el mariscal viajó a su país para reunirse con Hitler. El efecto sorpresa evitó miles de muertes y facilitó mucho el éxito de la Operación Overlord. Por ello aún hoy se sigue comentando  que quienes ganaron la Segunda Guerra Mundial fueron los meteorólogos.