El tiempo corre contra Alonso

EXTRA VOZ

VALDRIN XHEMAJ

La lentitud de su monoplaza avanza otra temporada en blanco para el asturiano quien, a pesar de llevar casi una década sin títulos, es considerado por sus compañeros como el mejor piloto. Mientras mclaren se desespera con el coche, esta semana hamilton ha renovado con mercedes. una puerta que se cierra

24 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La fórmula 1 es una lucha contra el tiempo. Pilotos con nervios de acero que se ríen de las leyes de la Física para recorrer la misma distancia cada vez más rápido. Pese a la ausencia de títulos e incluso triunfos de carrera, en el paddock de este circo mediático todos coinciden en que Fernando Alonso es el mejor de los contemporáneos, aupándose ligeramente en un podio de cualidades sobre las cabezas de Lewis Hamilton y Sebastian Vettel, los otros dos gigantes del momento. 

Tiene mérito la consideración cuando el español ha empezado la temporada desde la última posición, con un McLaren nuevo pero enfermo. Su regreso a la escudería de la que salió echando pestes en el 2007 se debió en parte a las expectativas que despertaba el motor de Honda, firma que volvía a la élite del automovilismo. Pero Alonso y su compañero Jenson Button están pagando el pésimo entendimiento entre ingenieros ingleses y nipones a la hora de hacer un coche competitivo. De momento, el McLaren ha pasado del infierno al purgatorio, ha dejado los últimos puestos pero sigue lejísimos de aspirar a un podio. Quizá por las condiciones de velocidad que exige Mónaco, hoy el asturiano podría gozar de una buena oportunidad. Pero a estas alturas ya sabe que será otro año en blanco, sin títulos, y van nueve consecutivos desde el 2006, cuando conquistó su último campeonato del mundo. Se propuso entonces cerrar el póker de ases, llegó a pintar en su casco dos cartas de la baraja francesa. Pero casi una década después continúa con la misma pareja de cartas (pero no con la misma pareja sentimental. Estas ganan en número a los títulos: Raquel del Rosario, la rusa Dasha Kapustina, y ahora la periodista Lara Álvarez).

Fernando Alonso cumplirá en agosto 34 años, una edad que no tiene por qué ser un obstáculo para ganar títulos (Schumacher logró su último campeonato en el 2004 con 35 años). Pero el problema es que a Fernando Alonso no acaba de estar en la escudería óptima en el momento justo. La suya es una Ley de Murphy, como la de las colas de los bancos. Cuando te cambias a la de al lado creyendo que vas más rápido, la que acabas de dejar se vuelve meteórica. Como ejemplo, Ferrari.

El tiempo corre en contra de Alonso. Todo tipo de tiempo. El pequeño, el de las décimas de segundo que le impiden competir por ganar una carrera. Y el grande, el paso de los meses y los años, las hojas del calendario que se caen sin llevar una alegría a la boca de este competidor que abraza la filosofía samurai, que ha dulcificado el trato con el público, que se vuelca en guiños con sus fans, y que ha cambiado su discurso de ambición por el de resignación. «Un samurai lo acepta todo como un desafío, el hombre corriente lo toma todo como una bendición o una maldición», escribió esta semana en su cuenta de Twitter.

También esta semana se conoció la renovación de Lewis Hamilton por Mercedes para los próximos tres años. Otra puerta que se cierra y quizá obligue a Alonso a volcarse en su renqueante McLaren como única oportunidad para ser campeón de nuevo.