Ábalos y Cerdán lastran al PSOE ante el ciclo electoral que abre Extremadura

paula de las heras MADRID / COLPISA

ESPAÑA

El secretario general del PSOE de Extremadura, Miguel Ángel Gallardo.
El secretario general del PSOE de Extremadura, Miguel Ángel Gallardo. JERO MORALES / EFE

La denuncia de «lawfare» moviliza a las bases, pero no suma votos en Madrid

01 dic 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Este fin de semana, se cumplió el primer aniversario de un congreso socialista, el número 41 de su historia, en el que Pedro Sánchez logró que el partido formara un testudo como aquel que, muy pegados entre sí, construían con sus escudos los soldados romanos para protegerse de las armas enemigas durante sus asedios. Un congreso que consolidó a Santos Cerdán, ya entonces bajo sospecha por su relación con Koldo García y por el señalamiento del empresario Víctor de Aldama, como secretario de organización del PSOE y con el que el presidente del Gobierno dio el pistoletazo de salida a una estrategia destinada a la recuperación del poder territorial perdido.

Un año después, el objetivo hace aguas. El PSOE encara la apertura de un nuevo ciclo electoral, en la noche del próximo jueves al viernes, con el arranque de la campaña para los comicios de Extremadura del 21 de diciembre, en una situación muy delicada. De hecho, se presenta con un candidato, Miguel Ángel Gallardo, con un pie en el banquillo por la contratación irregular del hermano de Sánchez en la Diputación de Badajoz. En menos de dos semanas, se han sucedido la condena del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz; un informe de la UCO que «apuntala los indicios» contra Cerdán; y la entrada en prisión preventiva de quien fue hombre fuerte del Gobierno y del partido hasta julio del 2021, José Luis Ábalos, aderezada con intentos de salpicar al propio Sánchez. A las malas noticias en los tribunales se añade la constatación, durante la votación de la senda de estabilidad, ligada a los Presupuestos, de que la mayoría que permitió a Sánchez retener el Gobierno tras el 23J se ha evaporado. Un mix peligroso.

En la Moncloa y Ferraz minimizan los golpes y se aferran a la eventual reacción del electorado progresista frente a la decisión del alto tribunal contra García Ortiz como gran catalizador. Pero varias fuentes del partido, en distintos territorios, ponen en duda que la crítica al «lawfare», de que desde los tribunales se ha producido un ataque político, vaya a servir para contrarrestar lo que un buen conocedor del terreno en Castilla y León —donde las elecciones se esperan en marzo— describe como un sentimiento de «apatía».

«La condena ha aguijoneado a la militancia y se han levantado ciertas ganas de plantarle cara a la derecha», dice un veterano cargo de Andalucía, la otra comunidad con elecciones en el 2026. «Pero una cosa es movilizar a la militancia y otra al electorado», conviene. Otro fontanero con una nutrida red de contactos en todas las federaciones lo resume bien: «En Carabanchel no saben quién es García Ortiz, pero la Paqui...», ironiza en alusión a la mujer de Cerdán, que, según la esposa del socio de este, Antxon Alonso, quemaba la tarjeta de la constructora Servinabar en El Corte Inglés.

Las expectativas para los socialistas son malas. Incluso en Aragón, donde el partido también se prepara para un posible adelanto por parte del popular Jorge Azcón. El único magro consuelo es que el líder del PP tampoco está para sacar pecho. «Internamente, en el partido cunde la depresión y externamente estamos viendo que se consolidan las transferencias al PP o a la abstención [más a lo segundo que a lo primero], lo que apuntala una mayoría clara par el bloque de derechas», reconoce un dirigente territorial. «Ya cómo se lo repartan dependerá de la torpeza de Feijoo», añade.

«Saldremos mal en todos»

«El viaje este en el que se han metido no va a ser muy triunfal —apuntan en el partido a la vista del sondeo preelectoral del CIS en Extremadura—, aunque es verdad que nosotros saldremos mal en todos los sitios». La popular María Guardiola convocó elecciones para librarse de Vox y la encuesta apunta a que lo necesitará aún más. En el PSOE creen que esa va a ser la tónica en todos lados. Solo salvan, en su caso, a Azcón, que tendría como rival a la portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría. En Castilla y León, donde se percibe a Alfonso Fernández Mañueco muy «tocado» y en Andalucía, donde Juanma Moreno asumió que, tras el escándalo de los cribados de cáncer de mama, revalidar la mayoría absoluta costará mucho, la formación de Santiago Abascal se ha fortalecido. Y el caso de corrupción en la Diputación de Almería no ayuda al PP. Sánchez confía en que ese auge de la ultraderecha sirva como reclamo cuando sea él quien llame a las urnas, sea en el 2027, como asegura, o el próximo año.