La Audiencia de Sevilla suspende el ingreso de José Antonio Griñán prisión debido al cáncer que sufre
ESPAÑA
La sala acepta aplazar durante cinco años la entrada en la cárcel del expresidente, aquejado de un cáncer de próstata «incurable»
26 jun 2023 . Actualizado a las 15:17 h.José Antonio Griñán no pisará la cárcel. La Audiencia Provincial de Sevilla ha suspendido durante cinco años la ejecución de la condena de seis años y un día de prisión por un delito de malversación de caudales públicos que le fue impuesta por el caso de los ERE. El tribunal, con el visto bueno de la Fiscalía y de los forenses, ha decidido no hacer efectiva la pena ante la grave enfermedad que padece el expresidente de la Junta de Andalucía, de 77 años, aquejado de un cáncer de próstata.
A Griñán le fue diagnosticado el pasado año un denocarcinoma de próstata, en términos científicos un «adenocarcinoma acina grado 4+3 de Gleason. (Grado de pronóstico grupo 3 en una clasificación del 1 al 5).
Tras varios meses de cruce de informes médicos y escritos, el tribunal sentenciador ha decido aplicar al exmandatario socialista el artículo 80.4 del Código Penal, que faculta a los jueces a «otorgar la suspensión de cualquier pena impuesta sin sujeción a requisito alguno en el caso de que el penado esté aquejado de una enfermedad muy grave con padecimientos incurables».
La Sección Primera de la Audiencia subraya que «este tribunal, en casos como el presente, referidos a cuestiones médicas, se ve sometido a los criterios técnicos del experto en la materia cuyos conocimientos son esenciales para poder resolver sobre el fondo de las cuestiones jurídicas planteadas».
Y así, «a la vista del informe de la médico forense, experta en la materia, a la que ha sido remitida la documentación obrante en la causa», los jueces aseguran que «no pueden sino acordar la suspensión de la ejecución de la pena privativa de libertad por plazo de cinco años con los apercibimientos legales, teniendo en cuenta además los informes de las acusaciones que no se oponen a la concesión del beneficio solicitado por la representación del penado».
La decisión de la Audiencia de Sevilla de librar a Griñán de la cárcel se produce solo cinco días después de que la Fiscalía informara a favor de suspender su ingreso en prisión después de que el el Instituto de Medicina Legal el pasado 15 de junio certificara que «el penado padece una enfermedad muy grave e incurable». Ese informe definitivo remitido al tribunal por el médico forense -y que ha sido la clave para la suspensión de condena- abundaba en que ese cáncer de próstata hacía »desaconsejable su ingreso en un centro penitenciario«.
La médico forense reiteró que el tratamiento del cáncer que padece Griñán necesita «vigilancia estrecha« e insistía en que ello resulta »poco compatible con la vida en prisión».
«No ha remitido»
La Sección ya aplazó la entrada en prisión de Griñán, prevista para el pasado mes de diciembre, hasta que concluyeran las sesiones de radioterapia, ciclo que concluyó la pasada primavera. Sin embargo, la forense defendió en su última valoración que Griñán padece «una enfermedad muy grave» y el hecho de que haya terminado las sesiones de radioterapia «no significa que el cáncer haya remitido», con lo que »no existen criterios médicos que hablar pueden de remisión del cáncer, una enfermedad incurable«. Por ello, zanjó la médico, los cuidados a una persona con este diagnóstico son »difíciles de mantener una dinámica carcelaria«.
Sobre «la posibilidad de compatibilizar el ingreso en prisión con el tratamiento médico», la forense recordaba que la propia prisión sevillana en la que el expresidente andaluz iba a entrar ya «dejó constancia de los problemas que se le plantean para el traslado al hospital de referencia de los penados, siendo los tratamientos en general externalizados».
Según la médico forense, en casos como este (con un paciente muy enfermo y de edad avanzada) más allá de los »cuidados médicos en prisión«, es necesario «evitar entre otros el peligro de infecciones en personas con un sistema inmunológico deprimido y que pueden suponer riesgos vitales por la edad y la propia enfermedad».