La presión permanente de Vox sobre el PP beneficia a Sánchez

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Santiago Abascal e Iván Espinosa de los Monteros, caras visibles de Vox en el Congreso de los Diputados
Santiago Abascal e Iván Espinosa de los Monteros, caras visibles de Vox en el Congreso de los Diputados Carlos Luján | EUROPAPRESS

Los de Santiago Abascal priorizan la tensión con los populares aunque sea a costa de dar aire al Gobierno

18 ene 2023 . Actualizado a las 22:12 h.

La decisión de Vox de abrir el debate sobre el aborto, planteando que los médicos tengan la «obligación» de informar a las mujeres que pretendan interrumpir su embarazo de que pueden escuchar el latido y realizar una ecografía en 4D del feto, ha conseguido desviar del centro del debate público la polémica por las consecuencias de la ley del sí es sí, que ha provocado hasta ahora la rebaja de condenas para casi 200 agresores sexuales. Algo que ha llevado al PP a decir que Vox es «un chollo» para Sánchez.

Lo cierto es que la última maniobra de Vox en Castilla y León, el único territorio donde tienen poder ejecutivo, no es la primera que consigue dar aire al jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, cuando peor le van las cosas.

La presentación de una moción de censura por parte de Vox, con su presidente, Santiago Abascal, como candidato, se convirtió en un desafío al PP, entonces liderado por Pablo Casado, para forzarle a elegir entre votar a favor o en contra de Sánchez.

Casado aceptó ese desafío y aquella moción de censura se convirtió en una cruenta batalla política entre el PP y Vox, con Pedro Sánchez asistiendo encantado como espectador a la pugna en la derecha sin tener que esforzarse en defender a su Gobierno, que superó holgadamente la moción, que resultó intrascendente.

A Vox le interesa mantener la máxima tensión con el PP porque su pugna electoral no es con el Gobierno. Por ello, cuando la ministra de Igualdad, Irene Montero, estaba siendo más cuestionada por responsabilizar a los jueces de las rebajas de condenas a los agresores sexuales por aplicar mal la ley del sí es sí, Vox se descolgó con los ataques de su diputada Carla Toscano, que insultó desde la tribuna del Congreso a Montero diciendo que «su único mérito es haber estudiado en profundidad a Pablo Iglesias».

De nuevo el centro del debate se desvió de la responsabilidad de la ministra por las consecuencias de su ley y propició que todos los demás partidos, incluido el PP, cerraran filas con Montero, que asumió el papel de víctima de las acusaciones machistas.

Algo similar ocurrió cuando el Gobierno se encontraba en otro de sus momentos más delicados tras la aprobación de la reforma del Código Penal para derogar el delito de sedición y rebajar las penas por malversación, introduciendo además una enmienda para reformar las leyes del Poder Judicial y del Constitucional, que fue parada por el tribunal de garantías. En lugar de centrarse en desgastar al Gobierno ante ese fiasco político, Vox retó al PP a presentar una moción de censura y especuló luego con la posibilidad de que Abascal la presentara de nuevo. Otra vez una estrategia para poner en apuros al PP que beneficiaba a Sánchez.