Pedro Sánchez encola la coalición con sus equilibrios

ESPAÑA

El presidente Pedro Sánchez, este lunes en la cumbre del clima en la ciudad escocesa de Glasgow
El presidente Pedro Sánchez, este lunes en la cumbre del clima en la ciudad escocesa de Glasgow PHIL NOBLE

El presidente sofoca la crisis con Díaz, se asegura los Presupuestos y acabar la legislatura, pero encara una recuperación más lenta y una subida récord de la inflación

02 nov 2021 . Actualizado a las 09:53 h.

En solo unos días Pedro Sánchez ha sofocado, de momento, la crisis en la coalición de gobierno, debida a las diferencias entre Nadia Calviño y Yolanda Díaz sobre la contrarreforma laboral; y salvado el primer trámite para la aprobación de los Presupuestos, lo que le aseguraría terminar la legislatura. Al mismo tiempo, algunos indicadores económicos suponen un serio revés para el presidente: recuperación más lenta de la prevista e inflación disparada, con aumentos récord de los precios de la electricidad y los combustibles. Aunque las buenas cifras de desempleo son la otra cara de la moneda. En este contexto, el presidente sigue haciendo equilibrios para contentar a unos y otros: a las dos vicepresidentas, a Bruselas y a sus socios, PNV y ERC. Los politólogos consultados analizan el escenario político. 

CRISIS DE GOBIERNO

Tensiones habituales en una coalición. Verónica Fumanal no cree que el choque entre Calviño y Díaz «sea una crisis propiamente dicha, sino las tensiones habituales propias de los gobiernos de coalición». Y señala que «no debemos olvidar que se trata de dos partidos que comparten electorados, y existen tensiones por ver quién capitaliza una propuesta tan importante como la reforma de la reforma laboral de Mariano Rajoy». «Podría afectar a la percepción de la estabilidad del Gobierno si continuara en el tiempo, sin embargo la negativa del PNV y ERC a presentar una enmienda a la totalidad a los Presupuestos garantiza la mayoría parlamentaria del Gobierno y, por lo tanto, su solidez hasta final de legislatura», concluye. 

¿Riesgo de ruptura?

Atado a los pactos y con presión de Bruselas. Para Carlos Barrera, el conflicto tiene «un alto componente simbólico», porque enfrenta al «ala moderada del Gobierno, liderada por Calviño, y la radical, encabezada por Díaz». En su opinión, «el PSOE está de algún modo atado por sus promesas y acuerdos con sus socios de investidura y de gobierno acerca de la derogación, o de la realización de cambios sustanciales, en la reforma laboral del PP». Al mismo tiempo, «y en dirección contraria, está la presión de Bruselas para que afecte lo menos posible al statu quo». «No parece que vaya a suponer una ruptura del Gobierno de coalición, porque no conviene a ninguno de los dos socios dejar una autopista al PP en unas hipotéticas elecciones anticipadas; se llegará seguramente a algún tipo de acuerdo que cada uno pueda vender de puertas adentro», pronostica. 

profundas diferencias

Ponerse medallas. «No deja de ser una crisis predecible entre dos socios de gobierno con profundas diferencias en ciertos temas, uno de ellos, la regulación laboral y, específicamente, el alcance y profundidad de su reforma», asegura Santiago Martínez. «Ya aventuraba desde hace meses que este tipo de conflictos iban a ser más frecuentes conforme Podemos vaya necesitando demostrar a su electorado que estar en el poder produce cambios de cierta resonancia», explica. «El tiempo se agota y cada vez le urge más ponerse medallas, pues hay que recordar que dicha reforma era una de las condiciones expresas del pacto de gobierno», afirma. «No creo que afecte internamente puesto que a estas alturas no sorprende y ambos asumen que es parte de la previsible estrategia de cada uno de ellos», añade. 

el liderazgo de sánchez

Papel de árbitro. «El liderazgo de Sánchez corre poco peligro porque ha adoptado hábilmente la actitud de árbitro entre las dos posturas enfrentadas, sin involucrarse a fondo en la refriega», estima Barrera. No obstante, «cabe no olvidar que como presidente del Gobierno tiene la facultad de convocar elecciones anticipadas, que es una especie de arma de disuasión masiva para calmar los ánimos, aunque no le conviene desde el punto de vista de las encuestas». «Que Sánchez llame a Calviño y Díaz a capítulo obedece más a una necesidad de acercar posiciones para que las diferencias no vayan a más, porque en este tema no solo está en riesgo la imagen del Gobierno y del propio Sánchez ante el electorado, que viene desgastándose, sino que también está en riesgo parte de la financiación europea, tal y como manifestó el comisario europeo de Economía», asegura Martínez. 

«A nivel interno, el liderazgo de Sánchez no está cuestionado, apoyado por todos los barones, los cargos orgánicos y las bases», resalta Fumanal. «Sánchez tiene todo el poder y la responsabilidad, gestione como gestione lo que queda de crisis, caerá sobre sus espaldas», sostiene Carmen Lumbierres.

La corrupción, que da por amortizada, y la tensión con Ayuso vuelven a presionar a Casado 

Pablo Casado salió fortalecido de la convención de su partido, pero, pasados unos días, han resurgido los conflictos latentes. Por un lado, la sentencia que confirma la existencia de una caja B en el PP. Por otro, un nuevo capítulo del desafío de Isabel Díaz Ayuso, que mantiene una guerra abierta con la dirección nacional. Según Martínez, los casos de corrupción, «a tenor de las encuestas, parecen estar en cierto modo amortizados, y Casado y su equipo lo saben». «Sus rivales van a usarlo como munición, sobre todo para intentar desviar el foco de la división en el Gobierno, pero no creo que vaya a tener mucha más trascendencia en la opinión pública», afirma. «Ahora más si cabe, el PP intentará hacer como que Casado apareció en el partido caído del cielo sin que tuviera relación alguna con los anteriores dirigentes». 

Silencio de Casado

«La pasividad de Casado ante la sentencia muestra que la corrupción del PP se da por amortizada dentro del partido, incluso da la impresión de que no hay muchas prisas por cambiar la sede, un gesto inequívoco de que ya no les penaliza», opina Fumanal. «Casado tenía y tiene ciertos problemas de liderazgo a raíz de la emergente figura de Ayuso, aunque esta diga que no tiene aspiraciones a liderar el partido y en la convención se escenificara la unidad en torno a la figura del líder», observa Martínez. Para Lumbierres, Casado salió «muy reforzado de la convención, sin discusión interna para las elecciones del 2023; se le permite este último intento y si no consigue alcanzar el gobierno será ya parte de la historia del partido».

¿A qué se debe que Casado, finalmente, ha accedido a renovar varios órganos constitucionales, aunque no el CGPJ? «Uno no puede querer ser partido de gobierno y no cumplir la Constitución», apunta Fumanal. «Ser un bloqueador puede limitar tus opciones electorales, el PP lo sabe y ha decidido quitarse ese sambenito, al tiempo que se distancia del Gobierno en cuanto al mecanismo de elección», asegura. «Es probable que considere que podían perder la batalla del relato en este tema y ahora se pongan la medalla», considera Martínez.

Los cónclaves del PSOE y del PP exhibieron la fuerza del bipartidismo 

Sánchez y Casado salieron reforzados de sus cónclaves nacionales. El reparto de puestos en la renovación de órganos constitucionales fue otra demostración de fuerza del bipartidismo, que resurge con la práctica desaparición de Ciudadanos y el descenso de Unidas Podemos. Para Martínez, fue «una puesta en escena de la fortaleza del bipartidismo». Lo que «queda remarcado por las encuestas, en las que el resto de partidos, que antes estaban llamados a transformar el tablero político, están perdiendo fuelle».

Barrera explica que «se trataba de exhibir músculo y unidad de cara a los propios militantes y simpatizantes en un momento en el que no se avizoran elecciones». En su opinión, «el panorama sigue con una tendencia hacia la recuperación del PSOE y del PP, ambos con un ojo en el retrovisor hacia su izquierda y su derecha, respectivamente, es decir, UP y Vox, que son los que les pueden comer terreno». «Fue la gran puesta en escena del bipartidismo», afirma Carmen Lumbierres. «Ninguno de los dos partidos siente tan cerca como en la anterior campaña el aliento de Cs y UP», sostiene.

Barrera estima que «los liderazgos de Sánchez y Casado salieron reforzados internamente dentro de sus respectivas formaciones políticas, como ya se preveía dado que ambos eventos tenían ese principal objetivo». Martínez opina también que «ambos salieron fortalecidos a nivel interno, que es lo que se pretendía».