Pero también aquí puede haber fricciones entre los socios de investidura. El PNV ha presentado más de doscientas enmiendas a las conclusiones que habían redactado el PSOE y Unidas Podemos porque, a su juicio, muchas de ellas suponen una invasión de competencias autonómicas en materia sanitaria que ejecutan las comunidades. Según su propuesta, todas las medidas de carácter normativo que se aprueben en la comisión deberán limitarse «exclusivamente al ámbito competencial del Estado». Además, reclaman una «relajación temporal» de las políticas de estabilidad presupuestaria que permita a las entidades locales el uso de su superávit para poder realizar inversiones.
ERC, al igual que Más País, trata de presionar a Unidas Podemos exigiendo que el impuesto a las grandes fortunas se incluya en el acuerdo, tal y como planteaban los de Pablo Iglesias en un principio. Los republicanos catalanes proponen un gravamen del 3 % para rentas de más de un millón de euros y reducir el presupuesto de Defensa un 40 % en tres años. La posición de ERC en las votaciones puede ser clave para el devenir de la negociación de los presupuestos. Si los republicanos se apartan del consenso alegando la incompatibilidad con cualquier acuerdo que incluya al PP y a Ciudadanos, en el Gobierno empezarán a trabajar con la hipótesis de aprobar unas cuentas públicas con el PNV y los naranjas, pero ya sin ERC.