Josep Bou: «Es muy difícil ser empresario aquí y ponerse en contra del poder nacionalista»

mercedes lodeiro REDACCIÓN / LA VOZ

ESPAÑA

Josep Bou, empresario y concejal del PP en el Ayuntamiento de Barcelona
Josep Bou, empresario y concejal del PP en el Ayuntamiento de Barcelona J. B.

«El independentismo es un terrorismo peor que el de ETA porque pretende desangrar a España separando a Cataluña», asegura el concejal del PP en el Ayuntamiento de Barcelona

23 dic 2019 . Actualizado a las 08:44 h.

Josep Bou (Vich, 1955) es un exitoso empresario en el sector panadero y de la promoción inmobiliaria que, movido por sus inquietudes contra el independentismo, dio el salto desde la presidencia de Empresarios de Cataluña (que aglutina a unas 500 pymes) a la política. Llamado por Pablo Casado, y tras consultar a su esposa y trabajadores, concurrió a las municipales de mayo y desde entonces es concejal en el Ayuntamiento de Barcelona.

-¿Cómo un empresario exitoso como usted entra en política?

-Hace cinco años presidí Empresarios de Cataluña y en la asociación teníamos la máxima de dar voz a los empresarios y alertar de las consecuencias negativas del procés. Sin quererlo, hacíamos política porque la política y la economía son vasos comunicantes. Un día coincidí con Pablo Casado y me pidió si podía ayudar en el Ayuntamiento de Barcelona siendo candidato. Las encuestas le daban cero y pensé que sería difícil contar que un partido de futuro en España no estuviese en el Ayuntamiento.

-¿Qué les dice a quienes le llaman provocador?

-Siempre intento comportarme con la máxima decencia.

-Cuando fueron los Princesa de Girona, llegó al hotel en Barcelona andando entre los manifestantes.

-Acudí en representación del grupo municipal. Tenía el coche en el taller porque me habían roto un cristal de una pedrada. No tengo chófer ni protección, y fui en taxi. Llegando a una zona, la Guardia Urbana me dijo que siguiese a pie. No me acredité, no creo en los favoritismos, y fui andando dos kilómetros. Al ver tanta gente, me fui a un lado. Me reconocieron. ‘Es Bou, es Bou’, decían. Me rodearon, zarandearon, escupieron y tuve que dar marcha atrás. Me decían ‘te vas a quedar aquí’ secuestrado. Al final pude salir con ayuda de un agente de paisano, pero nos seguían escupiendo. Una vergüenza. Lo volvería a hacer, no tengo miedo, solo vergüenza porque son catalanes como yo.

-Acude al pleno municipal con un retrato del rey.

-Le he pedido a Colau que cumpla la ley porque hay una sentencia que obliga a restituir la imagen del rey en el salón de plenos y se ha incumplido. Ella dice ‘no la pongo porque no la tengo’, pues que la pida a Patrimonio Nacional. Por eso, siempre que voy al pleno llevo al rey. Me he comprado un trípode y lo coloco delante de mi escaño. Eso no es provocar, provocar es poner lazos amarillos o la foto de un delincuente como han hecho con Forn [exconsejero encarcelado]. Ahora ya no hay foto ni lazo.

-Le gustan los deportes de riesgo, ¿la política lo es en Cataluña?

-Sí, he practicado paracaidismo y escalada, pero la política no diría que es riesgo, sí que en Cataluña es dificultosa y desagradable porque la sociedad está destruida, primero por Pujol y ahora por Torra. En el poder hay un pensamiento único, son nacionalistas y el que no lo es tiene problemas. Desde el poder se consigue cambiar una sociedad. El poder es nacionalista, los empresarios son nacionalistas, se tiene contentos a los medios de comunicación privados, los públicos ya se da por supuesto, hay un control de la educación... solo es cuestión de tiempo que se cambie la conciencia de un pueblo. De la desafección hacia España se ha pasado al odio. He sentido odio como político en mi persona. Si no eres nacionalista es difícil ser político en Cataluña.

-¿Se acostumbra a la violencia?

-Nunca. En España, la violencia no forma parte de nuestro pensamiento. Tradicionalmente hemos sido ajenos a acciones bélicas, y el nivel de delincuencia es mínimo respecto a otros países. Ahora bien, la convivencia sí se ha estropeado.

-Usted y sus empresas han recibido amenazas, pintadas ¿le afecta todo esto al bolsillo?

-La violencia en Cataluña es taimada, una estrategia bien elaborada, no parece violencia. En Barcelona sí se vio la violencia descarnada de los nacionalistas [disturbios de octubre]. Pero la violencia son miradas, boicots a tus productos, tuits insultantes, que si pones la bandera de España en el balcón eres un facha y si pones la estelada no pasa nada...

-¿Los empresarios tienen miedo en Cataluña?

-En el mundo empresarial existe temor porque depende del poder municipal y autonómico, ya que ordenan los mercados, dan licencias, inspeccionan y sancionan. Es muy difícil ser empresario y ponerse en contra del poder nacionalista catalán. Aquí hasta CC.OO. se llama CC.OO. nacional de Cataluña. ¡Cómo los tendrán de contentos! [a los independentistas] cuando siempre fueron internacionalistas. Existe miedo latente, el nacionalismo es un terrorismo como el de ETA, pero peor porque aquí se pretende desangrar a España separando a Cataluña.

«Estamos en emergencia nacional porque nos jugamos la existencia de la nación española» 

Aunque a algunos le parezca un provocador, Josep Bou es afable. Lo que sucede es que se expresa sin rodeos, está acostumbrado al pan, pan, y al vino, vino.

-¿Qué opina de un Gobierno de PSOE con Podemos y ERC?

-No puedo entender que un partido constitucionalista como el PSOE actúe de esa manera, pactando con un partido comunista, porque son comunistas camuflados. Con tal de gobernar, Sánchez hace cosas que avergüenzan a los españoles. Veremos qué les ha dado a ERC. La codicia de Sánchez lleva a los españoles a un callejón sin salida, ¿no podía hablar con Casado y con Ciudadanos? Se fue con los antisistema y los partidos que pretenden despedazar España. Esta aventura costará caro y no durará mucho tiempo.

-¿Con qué estrategia de Casado se encuentra más a gusto, con la de abril de acercarse a Vox o con la del 10N de distanciarse?

-Hay que entender a los partidos por su ideología. Las estrategias puntuales son otra cosa. PP, Vox y Ciudadanos tienen la obligación de entenderse. Un concepto que espetó Casado, el de España Suma, porque es el centroderecha. Aquí no hay extrema derecha por ningún sitio, llamarles así [a Vox] es despreciarlos. Sí hay extrema izquierda. Y los tres tienen que entenderse, son los partidos que crecerán y, si hubiesen ido juntos el 10N, habrían llegado a la Moncloa con 177 escaños. Ahora estamos en emergencia nacional porque nos jugamos la existencia de la nación española en Cataluña. Si vamos a terceras elecciones, hay que deponer el interés de los partidos por el bien de la nación y tienen la obligación de pactar.

-Rajoy fue criticado por inacción, ¿los empresarios reaccionaron tarde al independentismo?

-Empresarios de Cataluña fuimos la primera asociación en levantar la voz de que el independentismo perjudica a la economía. Pymes, Fomento, Cámara de Comercio... no estaban por la labor. Estar contra el poder no es nada cómodo. Había tres tipos de empresarios: los que sentían temor y callaban; otros decían ‘no hagamos nada, que si la Generalitat saca más transferencias nos beneficiaremos’, y se refugiaron en esa capa; y unos terceros que estábamos en contra y logramos que cada vez fuéramos más. Es cierto que lo hicimos tarde y echamos de menos que entonces grandes empresas le dijeran a Artur Mas que por ahí no se podía ir. El mundo empresarial tenía que haberse plantado y ahora se han encontrado con problemas y la fuga de más de cinco mil empresas.

«Valls hizo bien en apoyar a Colau y al PSC frente al separatismo» 

En Cataluña hay personas que han perdido su trabajo por no hablar catalán. Josep Bou no arremete directamente contra un empresario en concreto, pero va más allá y asegura que hay trabajadores que se han quedado sin su empleo «por significarse». Y es que la presión del poder tiene muchos tentáculos.

-¿Cómo se puede calificar esto?

-Estar contra el poder nacionalista es arriesgarse a tener problemas económicos, sociales y de convivencia, por eso hay mucha gente que calla. Por eso pedimos que el Estado se haga presente en Cataluña, porque todo lo que se respira aquí es en clave nacionalista.

-El defensor del pueblo catalán echó la culpa al resto de españoles de las listas de espera.

-El nacionalismo se ha basado en eslóganes simples, en sus matracas. El primero fue el de Pujol en 1973, cuando en Montserrat dijo ‘la Cataluña de todos’. Me gustó y todo. Después salió con ‘hagamos [o haciendo] país’ , ‘somos una nación’, y luego el ‘España nos roba’ y ‘presos políticos’. A este le sacaron mucho jugo, por cierto, y siguieron con ‘ahora es la hora’. Siempre eslóganes cortos muy estudiados, y una parte del pueblo se lo ha creído y por eso los mantienen en el poder.

-Valls facilitó un Gobierno de comunes y PSC para aislar a ERC en el consistorio y se le ha criticado.

-Valls podía hacerlo. Tiene tres concejales. Yo tenía dos y no podía. Hablé con él. Creo que lo hizo bien. Yo dije: susto o muerte. El susto era que Colau gobernara, peor era que lo hiciera el separatismo. Se logró que el separatismo no se hiciera con el ayuntamiento.