Vox cumple un año en las instituciones y ya marca la agenda política en Andalucía

C. cuerdo / m. A. Alfonso SEVILLA, MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Alejandro Hernández (Vox) saluda al presidente de la Junta de Andalucia, Juan Manuel Moreno Bonilla en Sevilla, en una imagen de archivo
Alejandro Hernández (Vox) saluda al presidente de la Junta de Andalucia, Juan Manuel Moreno Bonilla en Sevilla, en una imagen de archivo María José López

En doce meses, el partido de Abascal ha sumado 52 diputados, 57 parlamentarios autonómicos, 3 senadores y 597 concejales

02 dic 2019 . Actualizado a las 17:02 h.

El 2 de diciembre del 2018, Vox dio la sorpresa en las elecciones autonómicas de Andalucía y logró entrar por vez primera en las instituciones públicas. En este tiempo, sus 12 diputados han sabido jugar sus cartas para sostener desde fuera un Gobierno del PP y Cs, logrando que sean aceptadas, y normalizadas, buena parte de sus mensajes políticos. «Vox está siendo útil» y «da estabilidad» a la legislatura, es el mensaje que lanza el Gobierno andaluz.

Durante estos doce meses transcurridos desde el vuelco político en Andalucía tras 37 años de hegemonía socialista, Vox ha dejado ver su gran habilidad para marcar la agenda política, como se demostró a las pocas semanas de comenzar la legislatura al poner sobre el tapete un debate, el de la violencia de género, que parecía cerrado tras años de consenso entre las formaciones mayoritarias.

Tensar la cuerda

Sus doce diputados han logrado tensar la cuerda para que el Ejecutivo aceptara sus condiciones a cambio de sacar adelante los Presupuestos y vender estabilidad y normalidad en la comunidad. Lo suyo no ha sido arrancar grandes compromisos económicos, sino la guerra cultural.

Sus iniciativas en el Parlamento no se han alejado de estos temas: rechazo a exhumar al general franquista Queipo de Llano; calificativos de «buscadores de huesos» para las asociaciones memorialistas; y propuestas para que Salvamento Marítimo deje de ofrecer «taxis» para los inmigrantes. 

Carrera ascendente

Hace ahora un año, Vox daba la vuelta a las encuestas (que le otorgaban dos diputados) e irrumpía en el Parlamento autonómico con 12 escaños. Unos resultados que sorprendieron a los politólogos, a sus rivales políticos e incluso a sus propios votantes. En estos últimos 365 días, han protagonizado un auge imparable y ahora cuentan con 52 diputados, 57 parlamentarios autonómicos, 3 senadores, 5 alcaldes y 597 concejales.

Durante esta travesía ascendente, y aunque la foto parlamentaria ha cambiado radicalmente, Vox no se ha movido de la baldosa que marcan sus líneas políticas básicas: lucha contra la inmigración, supresión de las autonomías, reducción de impuestos o la derogación de lo que llaman «las leyes progres», como las relativas a la memoria histórica o contra la violencia de género.

«En el fondo no han cambiado las velas, sino que el viento ha soplado a su favor», explica Narciso Michavila, el único sociólogo que atinó en sus encuestas con la magnitud del asalto de Vox al Parlamento andaluz. La situación en Cataluña influyó en cuatro de cada diez electores, según la encuesta del CIS. Además, Vox se convirtió en socio indispensable del PP y de Cs para alcanzar el Gobierno en Madrid, Murcia y Andalucía. El suyo se convirtió en un voto útil para tres millones de electores. «A Cs y al PP les venía bien el apoyo de Vox para constituir Gobiernos en autonomías, pero con ello mandaron el mensaje a los votantes de derecha de que se podían permitir el lujo de votar a Vox sin que su papeleta fuera a la basura», confirma el politólogo Pepe Fernández-Albertos.