Teresa Rodríguez, el símbolo de la rebelión contra el poder de Iglesias

G. B. madrid / LA VOZ

ESPAÑA

EFE

Esta licenciada en Filología Árabe acepta con gusto el papel de estandarte de aquellos miembros del partido morado que se resisten a ser asimilados por lo que ellos llaman el sistema

02 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Teresa Rodríguez representa como ninguna otra dirigente de Podemos el desafío al liderazgo de Pablo Iglesias. Pero, por encima de ello, esta licenciada en Filología Árabe acepta con gusto el papel de estandarte de aquellos miembros del partido morado que se resisten a ser asimilados por lo que ellos llaman el sistema, y que no se han dejado deslumbrar por los oropeles de la política para pasar del anticapitalismo al chalé en Galapagar sin solución de continuidad. Rodríguez le ha ganado hasta ahora por goleada todas las batallas internas a Iglesias. Pero estas elecciones, a las que se presenta bajo la confluencia Adelante Andalucía, que integra a Podemos e Izquierda Unida, representan también para ella el desafío de aumentar el número de escaños que obtuvieron entre las dos formaciones en los pasados comicios andaluces.

Criada en los movimientos antiglobalización estudiantiles, acabó en Izquierda Unida, donde llegó a formar parte de la presidencia federal. Pero su aversión a cualquier tipo de pacto con el PSOE, que mantiene en la actualidad, la llevó a abandonar IU e integrarse en Izquierda Anticapitalista, el sector más radical de Podemos. Rodríguez es pareja del alcalde de Cádiz, José María González, Kichi, con el que comparte ideario y pasión política, por lo que en su tierra los han bautizado con guasa como los Clinton de Cádiz. Si los números dan, Teresa Rodríguez no se lo pondrá ni mucho menos fácil a Susana Díaz, a cuyas iniciativas se ha opuesto frontalmente en esta última legislatura, para que logre la investidura como presidenta de Andalucía. Ha anunciado ya que en ningún caso formará parte de un Gobierno de coalición con los socialistas. Y, si Ciudadanos no repite pacto y a Rodríguez no le queda más remedio que abstenerse o votar a favor de Susana Díaz, la negociación promete ser dura.