PP y Ciudadanos insisten en exigir explicaciones al Ejecutivo

f. B. MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Toni Albir | efe

Casado le pide a Sánchez que dé la cara mientras Rivera le demanda una convocatoria electoral

16 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El mano a mano entre Pablo Casado y Albert Rivera por erigirse en líder de la oposición se ha equilibrado. A lo largo de la última semana, el debate político se ha centrado casi exclusivamente en las supuestas irregularidades académicas de los dirigentes políticos, y en este asunto el presidente del PP tiene que pelear con una mano atada a la espalda. Pablo Casado se esfuerza en detallar las diferencias que median entre su caso y los de Montón y Sánchez: «No puedo renunciar al título porque no tengo título, no tengo tesis, ni tesina, ni trabajo de fin de máster, ni siquiera un título habilitante, porque lo mío no es un curso de doctorado», insistió ayer desde Lisboa. Pero lo cierto es que, con la renuncia de la ministra de Sanidad, y la decisión del presidente del Gobierno de colgar su tesis en Internet, su posición se ha visto muy debilitada. A pesar de ello, mantiene con firmeza que no piensa dimitir y que solo mostrará sus cuestionados trabajos de posgrado si así se lo requiera el Supremo, que en breve decidirá si acepta su causa.

Ayer insistió al jefe del Ejecutivo a que aclare por completo las circunstancias en las que realizó su tesis. «Solo se le pide que dé explicaciones, como él ha pedido a los demás», comentó, todavía molesto por las críticas que recibió desde las filas socialistas cuando estalló toda la polémica con sus estudios. Desde hace semanas afirma que el PP está preparado para afrontar unas elecciones, pero de momento no las solicita abiertamente.

Rivera quiere elecciones

El que sí quiere que se convoquen elecciones cuanto antes es Rivera. «No anteponga el sillón a los intereses de España», le reprochó al presidente del Gobierno desde un acto en Barcelona. Ayer solo cargó contra su tesis muy de pasada, afeándole que hubiera vetado la iniciativa presentada por su partido en la que se demanda una mayor transparencia en este campo. Rivera optó por centrar su intervención en el desafío secesionista, acusando al presidente de estar «equivocándose de aliados».