Puigdemont torpedea el PDECat para concentrar el poder del soberanismo

cristian reino BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

Andreu Dalmau | Efe

La formación decide concurrir a las municipales diluida bajo la marca de JxCat

27 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde Berlín o desde Bruselas, en función de cómo concluya su causa judicial, Carles Puigdemont se propone liderar todo el independentismo. En enero del 2016, se hizo con el timón del proceso secesionista con la idea de estar en el puesto de mando solo 18 meses. Ya lleva dos años y medio. El expresidente de la Generalitat aún pertenece al PDECat, pero el partido que surgió de las cenizas de Convergència no entra en su planes como puntal de su objetivo secesionista. Lo dejó claro en las elecciones del pasado 21D, a las que concurrió bajo la marca Junts per Catalunya, una amalgama heterogénea de seguidores del expresidente, en la que se integró el PDECat, que corre cada vez más el riesgo de quedar fagocitado en el proyecto de Puigdemont.

La formación heredera de Convergència celebró este sábado su consejo nacional y dio el primer paso hacia su integración o disolución en JxCat al aprobar presentarse a las elecciones municipales del año que viene bajo las siglas de Junts per Catalunya, igual que en las autonómicas. «Creemos que nos puede dar buenos resultados y nos permite ser políticamente ambiciosos», afirmó la coordinadora general, Marta Pascal.

Desde el referendo del 1-O, Puigdemont ha intentado dinamitar el partido fundado por Artur Mas. Este propósito empieza a coger forma con el nacimiento de la plataforma Moviment 1 d’Octubre, que ya ha sido inscrita como partido político en el registro del Ministerio del Interior. Va más allá de JxCat. En esa plataforma podrían estar integradas las distintas siglas del independentismo, también el PDECat. La idea, según fuentes cercanas al expresidente, es llegar a ser como el SNP de Escocia, que aglutina a todas las fuerzas soberanistas. Aunque en el caso catalán Esquerra, que tiene casi 90 años, no dará su brazo a torcer así como así. La pugna hace tiempo que está sobre la mesa.

Sería un paraguas en forma de federación de sensibilidades en el que Puigdemont quiere un PDECat afín, no como en los últimos meses, en que el partido ha tomado distancia respecto al expresidente y aboga por una vía más pragmática y por un cierto aterrizaje tras años de alto voltaje. El fugado en Berlín, en cambio, hace tiempo que ha puesto en marcha la operación voladura de su partido. Por un lado, le ha dejado fuera del Gobierno de Quim Torra. Jordi Turull y Josep Rull son del PDECat pero son más de Puigdemont, y además su futuro en el Ejecutivo tiene los días contados. El otro miembro de la antigua Convergència con cartera será Miquel Buch, nominado para ser consejero de Interior. Es uno de los hombres fuertes del sector crítico a la dirección de Marta Pascal, y es de los fieles a Puigdemont que lideran el motín en el partido. Una revuelta que ha obligado a la dirección a convocar una asamblea para finales de julio (como un congreso), en la que en principio se marcarán las líneas ideológicas de la formación, pero en la que el sector crítico aspira a dar el salto a la dirección para hacerse con el partido.