«¿Y ahora qué decimos en Europa?»

P. de las heras MADRID / COLPISA

ESPAÑA

JAVIER SORIANO | Afp

El respaldo de Macron calmó el temor en las filas del PP tras las elecciones

31 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Tenemos un problema, ahora hay que explicarlo en Bruselas...» La frase es de uno de los dirigentes del PP que la noche del pasado 21 de diciembre siguieron el escrutinio de las elecciones catalanas desde la séptima planta de la sede nacional el partido en la calle Génova de Madrid. La preocupación por cómo se pudiera entender en la UE que la gran crisis de Estado que azota a España vaya a seguir amenazando su estabilidad, después de la drástica intervención de Cataluña, se apoderó del partido del Gobierno.

El mazazo fue tremendo y, quizá no tanto por el descalabro del PP catalán. Fue el hecho de que los independentistas revalidaran su mayoría absoluta lo que los dejó noqueados. Con el paso de los días, la inquietud por la lectura que puedan hacer las instancias europeas de lo ocurrido, después de haber cerrado filas con el Gobierno español, parece haberse atenuando. «Es un resultado de difícil digestión allí, aquí -decía el pasado 22 de diciembre desde Bruselas un eurodiputado socialista- y fuera». Esa misma jornada, la Comisión se limitó a echar balones fuera y se negó a comentar la «elección regional» catalana con el tradicional argumento de que se trataba de un «asunto interno». El miércoles, sin embargo, el presidente francés Emmanuel Macron, lanzó un cable a Rajoy. «He respaldado y seguiré respaldando la legalidad y la unidad constitucional en España», dijo en una entrevista.

El portavoz del PP en el Parlamento Europeo, Esteban González Pons, sostiene que esa será la tónica general. «Nadie va a cambiar su posición ni conminará a Rajoy a hacer nada -dice-; la UE entra donde falla el Estado de derecho, como ha hecho ahora con Polonia o Hungría... pero si considera la negociación del brexit respecto a Gibraltar es un tema español, cuánto más en este caso». La vicepresidenta del Grupo Socialdemócrata en la Eurocámara, Elena Valenciano, es menos optimista que el portavoz popular. «Será muy difícil aguantar el pulso que hemos sostenido hasta ahora. En la batalla tras el desastre del 1-O y la prisión preventiva (para los líderes de ANC y Òmnium Cultural, Jordi Sànchez y Jordi Cruixart) hemos agotado buena parte de nuestro crédito», argumenta.