Junts y ERC negocian el control del Parlamento para asegurar la investidura

Ramón Gorriarán MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Jaume Sellart | efe

Ciudadanos fía la presidencia de la Cámara a las disensiones en el secesionismo

29 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La primera batalla poselectoral en Cataluña está servida. Los independentistas quieren controlar la Mesa del Parlamento catalán para asegurarse la investidura de Carles Puigdemont u Oriol Junqueras. No deberían tener problema con su cómoda mayoría absoluta, pero las diferencias entre Junts per Catalunya y Esquerra a cuenta de la investidura pueden dar pie a un escenario imprevisto. Esa es «la ventana» que espera Ciudadanos para hacer valer su condición de partido más votado y hacerse con la presidencia de la Cámara.

Todos los movimientos políticos en Cataluña giran sobre los planes de Puigdemont. El expresidente de la Generalitat quiere seguir siéndolo, pero no aclara cómo. Esquerra pide que haga honor a su promesa de campaña y regrese a España a sabiendas de que será detenido, mientras Junts per Catalunya busca fórmulas a la desesperada para que pueda ser investido desde Bruselas. El exconsejero Jordi Turull planteó la vía telemática para que participe en el debate de investidura y la votación, una novedad que requeriría una reforma del reglamento de la Cámara. Una idea propia «del delirio independentista», según el socialista José Luis Ábalos; una «genialidad que ridiculizaría a todo el pueblo catalán», apuntó el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido; «un invento», para Ciudadanos. «No se puede tener un presidente por Skype», terció el diputado de Esquerra Gabriel Rufián.

Descalificaciones de amigos y enemigos que no amilanaron a Junts per Catalunya, que no retiró la propuesta. «Se estudian todas las fórmulas posibles», ratificó este jueves el portavoz del PDECat en el Senado, Josep Lluís Cleries. Pero antes de que se pueda acometer esa hipotética reforma del reglamento del Parlamento de Cataluña, que además podría quedar en nada porque el Gobierno de Rajoy la impugnaría ante el Constitucional, es imprescindible constituir la Mesa de la Cámara.

Puigdemont trasladó a Esquerra la oferta de «restituir» a Carme Forcadell como presidenta del Parlamento catalán, una propuesta que lleva implícita su «restitución» como presidente de la Generalitat para volver al estatus previo a la aplicación del 155 en Cataluña. Los republicanos han respondido con un espeso silencio porque Forcadell no ha tomado una decisión. Es un paso delicado para ella, porque si los independentistas optan por la estrategia de hechos consumados de la pasada legislatura la orden del Supremo para el ingreso en prisión sería inmediata. Esquerra, además, quiere designar a su candidato a presidir la Cámara, no que se lo impongan.

Los contactos entre secesionistas han comenzado y aunque son de tanteo ha aflorado el muro de desconfianza que se fraguó en la campaña. Junts per Catalunya quiere dejar cerrado cuanto antes la investidura de Puigdemont, en lo que tiene el apoyo de la CUP, pero Esquerra da largas. Por un lado, recuerda que tiene que regresar a España porque la investidura es presencial y porque así lo prometió en campaña. Pero, por otro, aguarda la decisión que adopte el 4 de enero la sala segunda del Supremo respecto a su líder con la confianza de que ordene su excarcelación. En ese caso, Junqueras tendría una gran ventaja sobre Puigdemont, huido en Bélgica.

C’s reclama la presidencia

Mientras los independentistas se miden, Ciudadanos reclamó, como fuerza más votada, la presidencia del Parlamento catalán. Su candidato será José María Espejo y ya lo han empezado a conversar con los socialistas y con Junts per Catalunya, según fuentes del entorno de Inés Arrimadas. Saben que sus opciones son escasas, pero aguardan a que se abra «una ventana». En realidad, se trata de confiar en una carambola a muchas bandas. Esperan que los cinco diputados huidos a Bélgica y los tres encarcelados no puedan votar; de esa forma el bloque secesionista pasaría de 72 a 64 escaños. Cifra que podría menguar con nuevas imputaciones e ingresos en prisión provisional de algunos diputados soberanistas, como Marta Rovira. Además, los ochos diputados de los comunes no son entusiastas son la idea de reelegir a Puigdemont. En las cuentas de Ciudadanos cabe, aunque remota, la posibilidad del empate, y el reglamento del Parlamento establece que si persiste «se considera elegido el candidato del grupo parlamentario con más diputados». Esto es, el de Ciudadanos.

Iceta dice que la actitud de C’s demuestra que no son una alternativa política

Miquel Iceta no renuncia a su receta para superar la crisis catalana. El primer secretario del PSC se dirigió este jueves al consejo nacional, el máximo órgano de su partido (congresos al margen), para hacer un análisis de los resultados del día 21. No está satisfecho, pero insistió en que es necesario romper con la dinámica de bloques y reclamó a «los ganadores de los comicios» que hagan una propuesta para traducir los votos en un Gobierno «estable». El dirigente socialista no apeló directamente a Ciudadanos para que tome la iniciativa, como sí hizo desde Madrid el PSOE. Es más, admitió que el «escenario más probable» ahora es el de un Ejecutivo independentista. Sin embargo, sí hizo hincapié en que la falta de acción que ha seguido a los comicios demuestra que el apoyo de los electores no nacionalistas recibido por la formación de Inés Arrimadas «no servirá para cambiar la política catalana». La dirección en la que los socialistas querrían cambiarla choca, en todo caso, con el independentismo pero también con la estrategia de la primera fuerza del próximo Parlamento catalán. A los secesionistas les advirtió de que la vida institucional de Cataluña no puede estar «supeditada a la agenda judicial». A Ciudadanos le dejó caer: «No quiero una disputa lingüística en las escuelas ni combatir nacionalismo con nacionalismo».

El líder del PSC admitió que la respuesta que obtuvo su partido en las urnas dista mucho de ser la que esperaba, aunque argumentó que todo es una cuestión de tiempos. «Hemos de reconocer que, en una fase aguda del conflicto, el objetivo del federalismo es aún lejano, pero no estamos dispuestos a renunciar a él por un puñado de votos porque es el que mejor representa a Cataluña», adujo.