Rivera presiona para que se aplique el 155 y Rajoy y Sánchez coinciden en esperar

Francisco Balado Fontenla
fran balado MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Mariscal | efe

Por el momento, el Gobierno se limita a exigir a Puigdemont que regrese al marco constitucional para retomar el diálogo

07 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El Gobierno seguirá sin mover ficha. Si durante las horas más críticas del desafío secesionista optó por mantenerse en un discreto segundo plano, cediendo el protagonismo a los tribunales y a la Fiscalía, ahora que considera que el signo ha cambiado y que empiezan a aflorar las dudas en el sector secesionista, la Moncloa abrazará todavía con más entusiasmo el inmovilismo que la caracteriza. La pelota está en el tejado de Puigdemont. El escenario comenzó a mudar el martes, con la entrada en escena del rey. Ayer lo destacó Méndez de Vigo. El mensaje de Felipe VI a los españoles fue muy celebrado, «por el momento, y por el contenido», destacó el portavoz del Gobierno.

La patada definitiva que despejó el balón hacia campo contrario llegó al día siguiente, y tampoco la dio ningún miembro del Gobierno. Esta vez se encargaron los bancos y otras empresas afincadas en territorio catalán, que, al ver cómo la inestabilidad amenaza con llevarlos a la ruina, protagonizaron una significativa desbandada. Por lo tanto, la táctica en la Moncloa está decidida: esperar. Por el momento se limitan a exigir a Puigdemont y a su Gobierno que regresen al marco constitucional para retomar el diálogo, cuyo escenario no sería otro que el Parlamento autonómico, paralizado desde hace exactamente un mes.

En el Ejecutivo creen que en cuatro días se enfrentarán a uno de estos dos escenarios: o a la bienvenida ruptura de los secesionistas o a la declaración unilateral de la independencia. Si se diese este último caso, tendría más fácil tomar cartas en el asunto al garantizarse el respaldo del PSOE, fuerza sin la que no piensan dar ni un solo paso al frente. Pero el problema es que en Ferraz se encuentran en la mismas. Pedro Sánchez también está a la expectativa de lo que haga Puigdemont para decidirse de una vez entre apostar sin tapujos por la mano dura o insistir con el diálogo.

El que cree que no existe ningún tiempo que perder es el líder de Ciudadanos, Albert Rivera. Ayer por la mañana visitó a Rajoy para volver a insistirle en que actuara sin dilación y aplicase el artículo 155 de la Constitución, en la línea de Aznar y del socialista Alfonso Guerra. Pero desde el Gobierno tienen claro que no se dejarán presionar, y que utilizar el 155 antes de una declaración de independencia solo empeoraría su jugada. Por lo tanto, el mensaje de Rajoy es el mismo que el de anteayer y será el mismo que el de mañana: «Haré lo que crea que deba hacer, lo que crea que sea mejor para España, y en el momento que me parezca más oportuno». Es decir, por ahora, nada.