Interior realoja en provincias limítrofes a miles de policías para evitar los acosos

Melchor Sáiz-Pardo MADRID / COLPISA

ESPAÑA

VINCENT WEST / Reuters

La evacuación se debe a la finalización de los contratos y el rechazo de los hoteles a renovarlos

06 oct 2017 . Actualizado a las 12:41 h.

Es una medida «provisional» e, insisten desde el Gobierno, de ningún modo es un repliegue. En el Ministerio del Interior hablan de una reorganización para alargar cuanto «haga falta» la «disponibilidad inmediata» de 12.000 funcionarios de las fuerzas de seguridad del Estado en Cataluña. Pero lo cierto es que el acoso en decenas de poblaciones, las coacciones municipales a los hosteleros y el fin de buena parte de los contratos con los establecimientos entre ayer y el fin de semana, han hecho que el departamento que dirige Juan Ignacio Zoido haya puesto en marcha, no sin cierta improvisación, una suerte de plan de evacuación de los más de 5.500 agentes a lugares menos hostiles, fuera de Cataluña, pero de fácil acceso a puntos estratégicos de aquella comunidad.

Desde el miércoles ha comenzado una gran operación de realojo de centenares de agentes -algunas fuentes hablan de miles- en las provincias limítrofes de Cataluña. El eje central del operativo -según adelantó el periódico Heraldo y han confirmado fuentes de la seguridad del Estado- es la franja oriental de la provincia de Huesca. En localidades como Fraga, Barbastro, Monzón o Binéfar se han colgado los carteles de completo en muchos establecimientos. Pero no son los únicos. Zoido ya informó a los representantes de la policía y la Guardia Civil que también se están cerrando contratos en el norte de Castellón. La operación podría extenderse a puntos de Teruel y de Zaragoza. A la capital aragonesa ya se han desplazado decenas de miembros de las Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de Madrid, que se vieron atrapados en los hostigamientos en dos hoteles de la localidad barcelonesa de Pineda de Mar.

400 efectivos

Ayer salieron de esos dos alojamientos los últimos agentes del contingente de hasta 400 efectivos que tenían sus bases en los dos hoteles que habían recibido coacciones del consistorio para echar a los policías, aunque luego sus propietarios se desdijeron. Desde Interior dejaron claro que la salida de estos funcionarios se ha debido al fin de los contratos. Los agentes de Pineda son buena parte de los que ayer llegaron a Huesca y otros lugares. También las decenas de efectivos que estaban alojados en el hotel Gaudí de Reus, y que han sufrido continuos escraches, están siendo reubicados fuera de Cataluña.

Interior contrató para el operativo del 1-O 41 hoteles en las cuatro provincias catalanas. La mayoría de estos establecimientos se han negado a prorrogar las reservas. Las últimas son hasta el 8 de octubre. La operación de evacuación de los agentes al este de Aragón y el norte de la Comunidad Valenciana ha sido muy bien acogida por los funcionarios, que durante días se han visto obligados a permanecer prácticamente encerrados en los hoteles por el hostigamiento de los vecinos.

Pero este operativo no ha resuelto los problemas. Interior está preocupado por la situación de los más de 2.000 agentes de la policía y la Guardia Civil que viven desde hace casi dos semanas en los tres ferris amarrados en los puertos de Barcelona y Tarragona. Tampoco es mejor el día a día de los centenares de funcionarios recluidos en los cuarteles del Ejército de Tierra de Barcelona y Gerona.