El presidente de la Xunta remarcó que Aguirre «no tiene responsabilidades en el encausamiento judicial», aunque matizó: «Por el momento»
25 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Cuatro horas antes de que Esperanza Aguirre anunciase su dimisión de todos los cargos, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, eludía responder a la pregunta de si la madrileña debería abandonar sus puestos: «Hay que ver el alcance y contenido de las decisiones judiciales [...]. Tendrá que tomar la decisión que considere más oportuna desde su papel en la política y en el partido en el que milita». Y así lo hizo. La renuncia vino precedida de aparentes muestras de aflicción por parte de algunos miembros de su partido, que tampoco se molestaron en cerrar filas para evitar la caída de la condesa. «Comprendo su profundo disgusto y decepción, porque estamos hablando de personas que colaboraron con ella de forma muy estrecha y con un nivel muy grande de responsabilidad», aseguró Feijoo, quien, a pesar de hurgar en la herida trató de limpiar la imagen de Aguirre: «No tiene responsabilidades en el encausamiento judicial», aseguró haciendo un matiz importante: «Por el momento».
Feijoo recordó que hasta ahora su compañera de partido «es una persona que no tiene cuentas pendientes con la Justicia». En medio del escándalo por la presunta financiación ilegal del partido y el desfalco de fondos públicos en la Comunidad de Madrid, trató de salvar los muebles al señalar que fue el propio Gobierno madrileño el que puso en conocimiento de la Fiscalía las irregularidades. Para despejar el enorme recelo público que se ha cernido sobre la independencia del fiscal anticorrupción y los jueces, insistió en que «el Estado de derecho funciona» y «la Justicia actuará con independencia».