La visita a Madrid del ministro de Exteriores cubano afianza la relación bilateral

A. A. madrid / COLPISA

ESPAÑA

DESMOND BOYLAN | REUTERS

Además de por su homólogo español, Alfonso Dastis, el ministro será recibido hoy en la Zarzuela por Felipe VI y en Moncloa, por Mariano Rajoy

17 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Madrid y La Habana dan un paso más en la normalización de sus relaciones bilaterales con la visita que hoy realizará a España el ministro de Exteriores cubano, Bruno Rodríguez. Se trata del primer viaje de un canciller del país caribeño desde el 2008 y la importancia que el Gobierno le quiere dar se demuestra en la agenda que mantendrá Rodríguez. Además de por su homólogo español, Alfonso Dastis, el ministro será recibido en la Zarzuela por Felipe VI y en Moncloa, por Mariano Rajoy. Rodríguez trae bajo el brazo una invitación para que ambos visiten la isla.

El viaje del jefe del Estado o del presidente del Gobierno a La Habana supondría el broche a la normalización definitiva de las relaciones entre ambos países. El último viaje oficial al más alto nivel data de 1999, cuando José María Aznar y don Juan Carlos aterrizaron en La Habana con motivo de la celebración de la IX Cumbre Iberoamericana. El anterior jefe del Estado también estuvo en la isla el pasado noviembre con motivo del funeral de Fidel Castro. No obstante, para el último viaje oficial de carácter bilateral hay que remontarse al que realizó Felipe González en 1986.

Según fuentes diplomáticas, Dastis tiene previsto desplazarse a Cuba este año, y, aunque sin ir más allá en las explicaciones, también se señala que podría viajar «algún nombre más».

Felipe VI o Rajoy

El Gobierno cubano no oculta su interés por la presencia de Felipe VI o de Rajoy en la isla. Raúl Castro se lo dejó claro a José Manuel García-Margallo en uno de los dos viajes que realizó a Cuba en su etapa al frente de Exteriores. «Lo único que nos ha dicho el presidente Castro cuando nos ha enseñado el Palacio de la Revolución es en qué sitio se produciría el saludo cuando viniese el rey o el presidente del Gobierno», señaló Margallo antes de rematar que «a buen entendedor, pocas palabras bastan».

Tras su llegada al Gobierno, Rajoy puso en práctica una política de cautela respecto a Cuba. Ni mantuvo en un principio una relación estrecha como la que existió con el Ejecutivo de Zapatero, pero tampoco se buscó el choque de trenes con el régimen castrista como hizo Aznar.