Lavado de cara preelectoral

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Pilar Canicoba

Obligado por el varapalo del 24M, Rajoy hará cambios en el Gobierno y el partido para mejorar la comunicación y recuperar a los desencantados

18 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Los malos resultados de las elecciones autonómicas y municipales han obligado a Mariano Rajoy a acometer unos cambios en el Gobierno y en el PP a los que siempre se ha resistido. Su objetivo es mejorar la comunicación, un lavado de cara a solo cinco meses de las elecciones generales.

¿Por qué hace los cambios Mariano Rajoy?

El presidente había reiterado que no iba a hacer ningún cambio en su Gobierno en toda la legislatura. Solo ha hecho dos, uno obligado por la marcha de Miguel Arias Cañete y otro por la dimisión de Alberto Ruiz Gallardón. También se había mostrado siempre reacio a modificar el organigrama del partido. Incluso al día siguiente del 24M dijo que no haría cambios ni en el Ejecutivo ni en el PP. Pero la magnitud del varapalo electoral, no solo por el descenso de 2,5 millones de votos, sino, sobre todo, por la espectacular pérdida de poder autonómico y municipal, le ha obligado a hacerlos, presionado tanto por los barones que han decidido abandonar el barco tras la debacle, Esperanza Aguirre, Bauzá, Carlos Fabra o Pedro Sanz, como por los que se quedan.

¿Cuál es su objetivo?

El PP ha ganado las dos últimas elecciones celebradas, europeas y municipales, pero con una importantísima caída de votos. Calcula que casi un millón y medio de sus antiguos votantes se quedaron en casa el 24M y más de 600.000 se pasaron a Ciudadanos. Rajoy quiere recuperar un porcentaje de los desencantados para afrontar con garantías de éxito las elecciones generales. Tanto el presidente como los barones han incidido en que una de las principales causas del retroceso, si no la más importante, ha sido la mala comunicación de lo que el Gobierno ha hecho, en especial de la recuperación económica. Aunque Mariano Rajoy también ha hablado de la corrupción y del «martilleo» que hacen las televisiones de los casos que afectan al PP. Por tanto, quiere políticos que sepan vender los logros del Gobierno, empaticen con la sociedad, sean accesibles y no pequen de la soberbia que a veces ha caracterizado a los portavoces populares. Si algo se ha constatado es que el triunfalismo sobre la marcha de la economía no es suficiente e incluso puede ser contraproducente en algunos sectores, cuando hay aún casi un 25 % de paro. Se trataría ahora de destacar los progresos económicos, pero siempre acompañándolo del recordatorio para los que aún no han visto sus frutos.

¿Qué alcance pueden tener?

Después de que el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón, un hombre muy próximo a Soraya Sáenz de Santamaría, dijera que los cambios en el Gobierno no serían solo «de chapa y pintura», Rajoy pidió que se rebajaran las expectativas. Esto podría apuntar a un mero retoque en el Ejecutivo, en el que se da por segura la salida del ministro de Educación, José Ignacio Wert. Más importantes serían en del partido. El escenario más probable, aunque no cabe descartar nada, es que se mantenga como secretaria general María Dolores de Cospedal, a la que Rajoy habría ofrecido el Ministerio de Educación como salida. En esta hipótesis, se crearía la figura de un coordinador general fuerte que esté a su lado, encargado de diseñar la estrategia electoral. En las quinielas, el nombre que aparece para tener más protagonismo es el del ministro de Sanidad, Alfonso Alonso. Ya cuando fue nombrado hace seis meses, Rajoy pretendía que fuera un portavoz del Gobierno bis junto a la vicepresidenta, pero no ha podido cumplir esa función y su presencia ha sido discreta.

¿Puede tener éxito esta estrategia?

Quedan apenas tres meses para que se acabe la legislatura y cinco hasta las generales, si estas se celebran cuando tocan, que es lo que mantiene Rajoy. Es muy poco tiempo para dar un volantazo a la comunicación del Gobierno y el partido, que es el objetivo, porque el presidente ya ha dicho que no variará un ápice sus políticas económicas.