Susana Díaz amaga con dar la espalda a Podemos y buscar el apoyo del PP

Paula de las Heras MADRID / COLPISA

ESPAÑA

MIGUEL ANGEL MOLINA | EFE

Las fuerzas de izquierda avanzan en las negociaciones de tres comunidades

02 jun 2015 . Actualizado a las 07:46 h.

No era un brindis al sol. Cuando Susana Díaz expresó el pasado jueves, a la salida de su encuentro con Pedro Sánchez, su rechazo a un frente anti PP como el que prefiguran las líneas maestras de la política de pactos diseñada por Pedro Sánchez, lo hizo a conciencia. Apenas 48 horas después del comité federal en el que el líder socialista replicó que los populares se han «autoexcluido» solos con sus políticas, el PSOE andaluz volvió a explicitar que no se siente concernido por la estrategia marcada desde Ferraz. La presidenta de la Junta de Andalucía en funciones no solo no tira la toalla con la posibilidad de que los populares faciliten su investidura mediante una abstención, como dejó claro ayer el secretario de Organización de su federación, Juan Cornejo, sino que amaga con no hacer nada para que Podemos se haga con el gobierno municipal de Cádiz, donde el partido de Pablo Iglesias es segunda fuerza. La cuestión pasaría por votar al candidato propio, lo que de hecho permitiría al PP (a la actual alcaldesa Teófila Martínez o quizá a otro miembro de su lista) hacerse con la alcaldía.

Oficialmente, los socialistas andaluces separan las conversaciones sobre las ciudades de la investidura de Susana Díaz, atascada desde hace más de un mes y medio, pero fuentes de la formación admiten que no contemplan cerrar un acuerdo para formar por fin Gobierno en la comunidad antes de que el día 13 se constituyan los ayuntamientos. El color de cinco capitales está clara -Huelva será socialista y Málaga, Granada, Almería y Jaén populares-, pero Cádiz, Sevilla y Córdoba dependen de los pactos. Y servir Cádiz en bandeja al PP podría tener algún efecto disuasorio sobre Juan Manuel Moreno.

De momento, todo es puesta en escena. Pero Cornejo trató de bajar los humos a Podemos. Tras soltar un «así no, Pablo», que respondía al mismo reproche lanzado por Iglesias a Susana Díaz el domingo, advirtió de que «tan válido es que se forme una alternativa como que no se forme».

En la cúpula del PSOE andaluz existen, por otro lado, muchos recelos hacia quienes integran Podemos en su comunidad autónoma, por su perfil, dicen, «antisistema». Lo que no quiere decir que cierren la puerta por completo a un entendimiento. «Iremos caso a caso», afirman. En cualquier caso, su estrategia pone de manifiesto que Díaz no se siente concernida por las directrices fijadas por Sánchez.

Giro a la izquierda

En el resto de territorios, en cambio, las cosas van conforme a los criterios marcados. Mañana empezarán oficialmente las conversaciones en Extremadura, donde no debería existir mucho problema dada la sintonía previa entre el socialista Guillermo Fernández-Vara, que está a tres diputados de la mayoría absoluta, y el líder de Podemos en la región, Álvaro Jaén, que tiene seis. Y ayer las fuerzas de izquierda arrancaron los contactos en Castilla-La Mancha, la Comunidad Valenciana y Aragón.

En las dos últimas existen discrepancias sobre quién debe encabezar el gobierno, pero ese asunto ha quedado ahora aparcado. En el caso valenciano, aseguran que ya han fijado cinco líneas básicas para el acuerdo: un plan de choque contra la pobreza, la lucha contra la corrupción, el cambio de modelo productivo, la financiación autonómica y los servicios públicos.