Ibarretxe: «El Tribunal Constitucional es un árbitro comprado»

Europa Press

ESPAÑA

LUIS TEJIDO | Efe

El exlehendakari rechaza el argumento «intelectualmente podrido» que dice que «tenemos que votar todos los españoles» para decidir el futuro de Cataluña o de País Vasco

04 nov 2014 . Actualizado a las 21:34 h.

El exlehendakari Juan José Ibarretxe ha criticado las sucesivas sentencias del Tribunal Constitucional sobre la consulta catalana señalando que se trata de un «árbitro comprado, decidido cota aparte por los partidos políticos». «Cuando tú explicas en América cómo se eligen los miembros del Tribunal Constitucional, se llevan las manos a la cabeza», ha agregado.

Ibarretxe ha participado este martes en la presentación en Bilbao del libro «¿Existe el derecho a decidir? preguntas y respuestas sobre el proceso abierto en Cataluña», donde ha asegurado que «éste es un camino que no tiene vuelta atrás, por que se está tocando la dignidad del pueblo catalán o el vasco». «El modelo de dependencia (del Estado español) está muy rechazado, enormemente rechazado, por la sociedad vasca y catalana», ha aseverado. En este sentido, ha apuntado que «nadie puede cuestionar nuestro derecho a decidir, a no ser que se cuestione la existencia del pueblo vasco». «Mientras seamos pueblos, comunidades, etc, seguiremos teniendo el derecho a decidir. Es incuestionable el derecho a decidir de la sociedad vasca o catalana y, a partir de ahí, tenemos que hacer un ejercicio de pacto para desarrollar el derecho a decidir», ha insistido, para recordar lo ocurrido con Quebec en su relación con Canadá. «Por ahí caminará el futuro», ha afirmado.

En esta línea, Ibarretxe ha rechazado el argumento «intelectualmente podrido» que dice que «tenemos que votar todos los españoles para decidir el futuro de Cataluña o de Euskadi». «¿Acaso han decidido los 65 millones de británicos por los cinco millones de escoceses o los canadienses por el pueblo de Quebec? Eso no es así y, por lo tanto, no debemos aceptar argumentos podridos», ha aseverado. Según ha destacado, «hay dos modelos, uno en el que los estados matriz, Canadá, Gran Bretaña, Bélgica o Dinamarca, aceptan que existen comunidades, pueblos naciones, que tienen derecho a tomar su propias decisiones».«Y en segundo lugar, -ha explicado- sólo hay un modelo en el mundo que, en el intento de superar el problema de identidad, no acepta que exista ningún tipo de soberanía que no sea la que reside en sus Cortes Generales, que es el caso español».