Y ahora, la política de verdad

Tino Novoa EN LA FRONTERA

ESPAÑA

30 sep 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

No hay que ser un experto para ver que la consulta es inconstitucional, porque uno no puede ofrecer lo que no tiene. Y sus promotores lo saben. Pero se han aprovechado del ensimismamiento del Gobierno para capitalizar políticamente un malestar ciudadano de múltiples causas y encauzarlo según sus intereses partidarios. Porque si es incuestionable que el referendo es ilegal, también es indiscutible que el problema de fondo es político y que atrincherarse tras la ley no lo resuelve. Ese ha sido el error del Ejecutivo. Cada parte tiene sus razones y sus partidarios las asumen como dogma de fe. Pero no es suficiente. Al menos para quienes creemos en una España con Cataluña dentro. Hay que seducir a los catalanes para que su deseo sea que sigamos todos juntos. No se trata de imponer, sino de convencer. Empezando por desmontar las falacias de los soberanistas. Como la que identifica nación y Estado. Un mito del que los ejemplos reales son minoritarios. Y la de que lo democrático es votar sin más. La voluntad ciudadana es el fruto del debate plural y sin límites entre los agentes políticos sobre los problemas de la sociedad. Y cuando hay que tomar decisiones, se vota según los procedimientos establecidos. Eso es democracia. Prometer lo imposible produce frustración. E impedir el debate que demanda una parte importante de la sociedad también. Por eso, asentada la legalidad, es el momento de la política de verdad.