Jorge Pérez Martínez: «El problema no son las normas sino los medios para aplicarlas»

j. Á. f. redacción / la voz

ESPAÑA

El Representante español en El Foro de la Gobernanza de Internet en Europa está considerado como uno de los mayores expertos españoles en todo lo relacionado con la sociedad de la información

18 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Es el representante español en el Foro de la Gobernanza de Internet en Europa. Jorge Pérez Martínez, ingeniero de Telecomunicaciones, catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid, licenciado en Ciencias Políticas y en Sociología, está considerado como uno de los mayores expertos españoles en todo lo relacionado con la sociedad de la información.

-Visto lo que está sucediendo, ¿considera que hay que regular el uso de las redes sociales, serviría para algo?

-Los derechos individuales de las personas al honor, a la intimidad y similares están protegidos de forma genérica, sin ningún problema en el mundo online, igual que en el mundo físico. El problema viene de que estos derechos se contraponen con otros como el de la libertad de expresión.

-¿Cómo se debería resolver y cómo se resuelve en la práctica ese conflicto?

-En los medios clásicos -prensa, radio, televisión, etcétera- estaba claro: el ofendido reclama y los tribunales, antes o después, resuelven. El problema se complica con los nuevos medios porque en las redes sociales se produce el efecto viral.

-¿Cómo se complica?

- Eso significa que ante algo como lo que ha sucedido en León, de repente, miles de personas, en muchos casos replicando lo que han dicho otras, se dedican a trasladar a la Red los insultos. Con la legislación vigente, la defensa del ofendido es denunciar a todos y eso es un proceso largo y complicado.

-¿Por qué es tan dificultoso?

-Encarcelar a una o dos personas por insultar es fácil. Meter a 2.000 ya no lo es tanto. El problema no es de normas, sino de instrumentos para aplicarlas. Algo parecido ocurre con otros delitos cometidos a través de la Red, como pueden ser el de la privacidad o de la propiedad intelectual.

-Y la solución, ¿cuál sería?

-Lo que hay que hacer es buscar normas e instrumentos de prevención rápida que permitan demostrar que el delito se ha cometido y que se le pueda aplicar al autor el castigo que le corresponda. Mientras, habría que invertir algo más en educar a la ciudadanía en el uso de las redes. En definitiva, prevención. La solución nunca pasará por meter en la cárcel a todos los jóvenes de este país.

-¿Cómo se marcan los límites

entre el delito y la libertad de expresión?

-Los mismos que en el mundo físico. Se fijan a golpe de jurisprudencia sobre casos concretos. Eso en el caso de las redes es más complicado porque todo va muy rápido en el mundo de Internet.

-¿Cómo está el tema fuera de nuestras fronteras?

-La legislación en Europa es tremendamente garantista con los derechos individuales. Las sentencias que se van produciendo afectan al desarrollo de Internet, de la innovación y de la libertad de expresión de un modo que ahora mismo no somos capaces de valorar. Estas cuestiones practicamente no son problema en Estados Unidos.