Los derrotados

Tino Novoa EN LA FRONTERA

ESPAÑA

16 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Siempre es discutible quién es el ganador de un cara a cara. Lo indudable es quién fue el derrotado: el debate en sí mismo y, con ello, todos los españoles, que perdieron una hora a la espera de respuestas a sus problemas. El contraste entre el debate de los aspirantes a la presidencia a la Comisión y el de los candidatos españoles es la prueba. El primero, ágil y dinámico en las formas, abierto en los temas, plural en los participantes y al menos con cierto interés en las respuestas. El otro, rígido en el formato, con solo dos debatientes envarados que se limitaron a repetir una y otra vez, como autómatas, los clichés a los que nos tienen acostumbrados desde el inicio de la legislatura. Las mismas acusaciones de siempre. Ya nos sabíamos lo de la herencia, lo de la corrupción, lo de los recortes, lo del rescate... Pero ni una sola idea nueva, ni un intento de análisis de las causas de los males, ni una mínima apariencia de propuesta. Y, por cierto, ¿era un debate sobre Europea? Porque los candidatos parecían más bien sparrings de sus líderes en un simulacro de debate para unas elecciones generales.