Los empresarios vuelven a dar la espalda a Mas, quien advierte de que impedir la consulta será peor

C. R. Barcelona / Colpisa

ESPAÑA

Mas respondió a empresarios y directivos que la apelación al diálogo «no es suficiente».
Mas respondió a empresarios y directivos que la apelación al diálogo «no es suficiente». Toni Albir < / span>Efe< / span>

19 feb 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Casi no hay acto con los empresarios en el que Artur Mas no salga trasquilado. Ayer volvió a la carga y apeló a la grandes compañías para que no den la espalda al proceso soberanista. «No hace falta pronunciarse, simplemente basta con estar al lado», dijo en unas jornadas organizadas por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) y Deloitte.

El presidente de la APD, Emilio Cuatrecasas, siguió la línea de la CEOE y Fomento del Trabajo y evitó dar su apoyo al proceso. Pronunciarse «produce divisiones internas» en las empresas, «riesgos muy grandes» y «heridas», le dijo a Mas, al que pidió «comprensión» por el hecho de que los empresarios no den la cara por su causa. No solo eso, el abogado catalán acusó al dirigente nacionalista de estar liderando un proyecto que no tiene concreción y recordó que la independencia «pone los pelos como escarpias a muchas personas». «Me siento español y catalán y mi sueño sería que encontráramos una forma de convivencia», dijo. Un encaje de Cataluña dentro de España que solo se logrará, a su juicio, por la vía del diálogo. En la misma línea, en otro acto, en Madrid, el presidente de la CEOE, Juan Rosell, evocó el espíritu de la transición y el del diálogo para solucionar el «evidente problema político, económico y social» que hay en Cataluña.

Una apelación a sentarse a hablar, de Cuatrecasas y Rosell, que no agradó al líder nacionalista, que fue un poco más allá de donde suele y recriminó a los empresarios que se limiten a pedir diálogo sin más, solo como un recurso retórico sin contenido. «No es suficiente», dijo, hay que empezar a preguntarse sobre qué hablar, reclamó.

Según el presidente catalán, si Rajoy sigue sin dar una salida a la cuestión catalana, el problema no solo no desaparecerá sino que la situación será cada vez más preocupante. E insistió en que si se le impide la votación del 9 de noviembre, habrá comicios plebiscitarios en algún momento entre 2014 y 2016. «Elecciones sí, pero no necesariamente anticipadas», precisó, un matiz que puede introducir un elemento de estabilidad a corto plazo, aunque Esquerra no está dispuesta a transigir. De ahí que Mas apuntara a Rajoy que es «mejor una consulta específica, que un Parlamento que se constituirá con un mandato fruto de esas elecciones» a favor de la independencia.