Avanzando hacia el abismo

Tino Novoa EN LA FRONTERA

ESPAÑA

17 ene 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

En principio, nada hay que objetar a que un Parlamento reclame de otro la delegación de una competencia. En circunstancias normales, sería un episodio más del juego político habitual. Pero ocurre que en el caso que nos ocupa nada es lo que parece. Es solo un ejercicio más de cinismo en el que las reglas del juego se sacrifican en el altar de las apariencias. Los soberanistas saben que lo aprobado ayer en la Cámara catalana no tiene posibilidad alguna de prosperar en el Congreso. Es, en consecuencia, un paso más en el vacío que, al margen de los fuegos artificiales del momento, solo va a generar más y más frustración. Lo grave es que estos son los cimientos sobre los que se ha asentado la deriva soberanista. Se están alimentando en la ciudadanía unas expectativas de futuro que se saben irreales, lo que a la larga solo servirá para generar una sensación de fracaso de peligrosas consecuencias. Y en lo inmediato solo engendra división y enfrentamientos, como demuestra la situación interna del PSC. Que es solo un anticipo de lo que puede ocurrir en la sociedad catalana si no se encauza por una senda de racionalidad un debate que cada día que pasa nos acerca un poco más al precipicio. Porque no es un ejercicio de libertad, como argumentan quienes alientan sueños imposibles en aras de intereses particulares y de plazo corto.