Anuncia que no optará a la reelección al frente del PSdeG y promete lealtad a quien lo suceda
20 jul 2013 . Actualizado a las 13:40 h.Asumió el timón en plena tormenta, tras el batacazo electoral que hundió al bipartito en la primavera del 2009, y peleó a su manera para intentar mantener a flote la nave socialista. Tanto se afanó en un mar de fondo agitado por los reveses en las urnas y las fricciones internas que jalonaron su gestión que eran muchos los que en el PSdeG no daban un euro por una decisión que su entorno había anunciado tras las autonómicas de octubre y que él no confirmó hasta ayer. «Non vou ser candidato. Logo de gañar un congreso hai ano e medio, non tería sentido convocar este proceso para volver presentarme». Pachi Vázquez se desmarca así del novedoso proceso de renovación y, paradojas del juego político, franquea el paso a José Ramón Gómez Besteiro para que lo releve.
El de O Carballiño compareció ante la prensa blandiendo como su gran legado ese formato de primarias consultivas por el que pugnó con Ferraz. Aseguró que este sistema, que por las adhesiones conquistadas por Besteiro parece llamado a desembocar el 29 de septiembre un congreso con un único candidato, dará voz por vez primera a la militancia para decidir el nuevo rumbo que desea para el PSdeG. Vázquez insistió ante los periodistas en que no tendrá más implicación en este proceso que garantizar su limpieza y la máxima participación de las bases. «Vou traballar a tope desde a miña neutralidade para que non haxa un só militante o un só candidato que diga que este proceso estaba trucado, viciado ou que é máis do mesmo», proclamó. Como ya adelantó el jueves, reiteró que, desde esa posición de «exquisita neutralidade», no auspiciará a ningún candidato, que no apadrinará tapados. «Vou votar como militante, pero como secretario xeral o meu voto vale tanto como o do afiliado que acaba de incorporarse hai mes e medio». El protagonismo, resolvió, debe ser para los 11.300 militantes del PSdeG y para los candidatos que opten a dirigirlo.
Continuará como diputado
Vázquez sostuvo que tomó la decisión de dar un paso a un lado en la misma noche electoral del 21 de octubre. Defendió que «moitos compañeiros» lo sabían, y les agradeció incluso «o seu sixilo». ¿Por qué ha tardado entonces nueve meses en hacerlo público? Explicó que ese manejo de los tiempos obedeció a su convicción de que, sin esa «tensión», no habría sido posible sacar adelante las primarias consultivas. «Manter a tensión ata o último minuto levou á organización a unha postura que costou moitísimo», argumentó.
Respecto a su futuro político inmeditato, confirmó que seguirá en su escaño en O Hórreo en los tres años largos que restan de legislatura, aunque apostilló que la decisión sobre el puesto de presidente del grupo parlamentario que ocupa competerá a la nueva dirección. En ese punto, prometió «absoluta lealdade» al sucesor, y que trabajará por el partido donde le digan.
Pachi Vázquez replicó con sorna a las preguntas de posibles deslealtades y sobre las divisiones que le achacan los críticos. «Creo que desde o terremoto de San Francisco ata a morte de Manolete, teño unha grandísima responsabilidade en todo o que ten acontecido no partido», ironizó. Y desempolvó el argumentario que ha manejado con asiduidad en estos cinco años para explicar una pérdida de apoyo electoral que contextualizó en un «escenario horroroso» para el socialismo en España. Pese a ello, reivindicó que en octubre el PSdeG mejoró los resultados de Patxi López en el País Vasco, y que también acredita mejores cifras que el PSC.
Fiel a su estilo, Vázquez rechazó que pueda considerarse un fracaso la posibilidad de que el proceso se quede al final con un único candidato, Besteiro. «Non se presenta o que non quere ou non pode. O resto son excusas de mal pagador».