El final de un pacto de no agresión

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

La disposición del juez Ruz a aceptar la petición de prisión para Bárcenas fue la clave para el cambio de criterio de la Fiscalía y la ruptura definitiva entre el extesorero y Rajoy

17 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Mariano Rajoy y Luis Bárcenas habían mantenido hasta ahora un acuerdo tácito de no agresión que quedó definitivamente roto cuando la Fiscalía solicitó la prisión incondicional para el ex tesorero del PP.

¿Por qué decide Bárcenas tirar ahora de la manta?

El extesorero del PP había mantenido hasta ahora un doble juego, filtrando los papeles de la supuesta contabilidad paralela del PP, pero negando en público ser el autor de esos documentos y asegurando incluso ante el juez que eran un burdo montaje para perjudicar al PP y en concreto al presidente del Gobierno. Se trataba simplemente de advertir del daño que podría causar. Al contrario que otros dirigentes populares, Rajoy no dijo nunca una palabra en contra de Bárcenas. Por eso, el ex tesorero creyó que lo iba a proteger y a mover los resortes del poder para impedir que entrara en prisión. La petición de la Fiscalía de que Bárcenas ingresara en la cárcel acabó por convencerlo de que Rajoy lo abandonaba a su suerte.

¿Por qué cambió de criterio la Fiscalía respecto a Bárcenas?

La Fiscalía Anticorrupción depende jerárquicamente del Gobierno. Hasta el último momento, había rechazado siempre las peticiones de prisión para el extesorero del PP. El cambio de criterio se produjo cuando, después de comprobarse que Bárcenas estaba tratando de manipular las pruebas para justificar su fortuna, el Gobierno percibió que el juez Ruz estaba dispuesto a aceptar al menos la petición de prisión con fianza. Si la Fiscalía se quedaba como la única parte del proceso que rechazaba la prisión para Bárcenas, habría sido evidente que el Gobierno lo estaba protegiendo. Y, ante ello, se dio el visto bueno a que el ministerio público pidiera la prisión incondicional.

¿Tenía Rajoy un pacto cerrado con Bárcenas?

Los hechos demuestran que existía al menos un acuerdo tácito de no agresión. Mientras la tensión entre el ex tesorero del PP y De Cospedal iba en aumento, con descalificaciones cada vez más graves entre ambos, Bárcenas insistía en dejar a Rajoy al margen en sus acusaciones y el presidente decidía no sumarse a la denuncia presentada por los dirigentes del PP contra el extesorero, en contra de lo que anunció De Cospedal. El contenido de los e-mails publicados y autentificados desde Moncloa demuestra que, pese a la batalla pública y el cruce de amenazas, Rajoy no rompió el hilo con Bárcenas en ningún momento.

¿Cobraron sobresueldos los dirigentes del PP?

La dirección del PP no oculta que pagaba una retribución a sus dirigentes cuando estaban en la oposición, al margen del sueldo que percibían como diputados, senadores o cualquier otro cargo público. Pero asegura que se trataba de gastos de representación, algo que resulta discutible si se trata de una cantidad fija recibida con periodicidad. De hecho, en su declaración de bienes realizada en el 2011 en el Congreso, Rajoy declara haber percibido en el 2010 98.225 euros en concepto de «dietas y gastos de representación PP», con lo que es evidente que ese dinero se declaraba a Hacienda. Otros ex dirigentes como Cascos han reconocido también que cobraban esos sobresueldos. Sin embargo, lo que ahora trata de demostrar Bárcenas es que Rajoy y otros miembros de la dirección cobraban también esos sobresueldos cuando estuvieron en el Gobierno, desde 1996 al 2004, algo que sería ilegal por estar prohibido en la ley de incompatibilidades. Esos sueldos, por tanto, tendrían que haberse cobrado necesariamente en dinero negro.

¿Tiene Bárcenas pruebas de lo que le dice al juez?

Aunque desde el entorno del ex tesorero del PP se asegura que tiene pruebas que podrían hacer caer al Gobierno, por lo que se conoce hasta ahora no ha aportado recibís de los supuestos sobres en metálico que afirma haber entregado a Rajoy, De Cospedal y otros dirigentes. El único papel firmado que ha aportado corresponde a una entrega de 200.000 euros firmada en el 2007 por José Ángel Cañas Cañada, gerente del PP de Castilla-La Mancha, que, según Bárcenas, es una comisión por un contrato de limpieza. El resto de los documentos que se han hecho públicos son anotaciones a mano del propio Bárcenas de supuestos pagos, pero sin firma alguna del receptor.

¿Cuál es la estrategia de Rajoy a partir de ahora?

Rajoy está convencido de que Bárcenas no podrá probar nada que le afecte personalmente, aunque no descarta que tenga pruebas sobre la supuesta financiación ilegal del PP. Por eso, no piensa admitir nada, ni pedir perdón, ni mucho menos dimitir. Si se llegara a demostrar que hubo financiación ilegal, Rajoy simplemente alegaría que él lo desconocía, como hicieron en su día Felipe González en torno al caso Filesa o Duran i Lleida sobre la financiación ilegal de Unió. Rajoy ya afirmó en una entrevista en el 2010 que no dimitiría si se probara la financiación ilegal del PP porque él no lo había hecho.

¿Tiene Rajoy el respaldo de todos en su partido?

No. De hecho, está un poco en tierra de nadie. Los más amenazados por Bárcenas le aconsejaron siempre que cuidara al extesorero y que no se enfrentara a él. Los que no temen nada porque nunca cobraron le presionaron para que repudiara a Bárcenas. Rajoy no acabó de hacer ni lo uno ni lo otro. Muchos en el PP creen que no es casual que la venganza de Bárcenas coincida con los ataques de Aznar a Rajoy. Curiosamente, Aznar no aparece por ahora en un solo papel de Bárcenas.