Mas sabe que puede perder el apoyo nacionalista, de ahí que no cierre puertas al PSC, a quien volvió a lanzar una oferta
19 mar 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Esquerra Republicana de Catalunya tiene la mosca detrás de la oreja. Como socio de CiU en el apoyo al Gobierno catalán, aprueba que Artur Mas pida a sus consejeros que traten de rehacer los puentes con el Gobierno central, pero a su vez amenaza con forzar una nueva convocatoria electoral si la oferta de diálogo lanzada por el presidente catalán al Ejecutivo central pudiera llevar acompañada una revisión a la baja de la consulta.
Desde el Ejecutivo catalán rechazaron ayer que Rajoy haya ofrecido una flexibilización del objetivo de déficit de Cataluña a cambio de olvidarse de la consulta. «Sería como si nos dijeran que tenemos derecho a comer a cambio de renunciar a la identidad», afirmó el portavoz Francesc Homs.
«Si CiU vira, ni ERC ni el país le seguiremos», advirtió la dirigente republicana Anna Simó. Esquerra lleva semanas atando en corto al Ejecutivo catalán, al que aprieta en dos vertientes. Por un lado, trata de que no se desvíe ni un ápice de la hoja de ruta trazada para la convocatoria de una consulta en el 2014 y, por otro, ha dejado claro a CiU que no está dispuesta a avalar las cuentas de la Generalitat si se diseñan con un techo de déficit del 0,7 % del PIB, un objetivo que supondría un recorte de 4.500 millones.
Mas sabe que puede perder el apoyo de Esquerra, de ahí que no cierre las puertas a nadie. Sobre todo al PSC, a quien ayer volvió a lanzar una oferta para que le ayude.